Ha dirigido a todas las categorías inferiores de la selección española, salvo una: la absoluta. Su palmarés es impecable, con un laborioso trabajo exportando talentos y logrando resultados históricos como la plata juvenil lograda en el pasado Mundial. Alberto Suárez (Gijón, 1963) afronta el 2018 con la misma ambición de siempre, con el gusanillo de volver al día a día en los banquillos, pero con el orgullo de ser un hombre de confianza en la Federación Española.
- Cierra un 2017 de ensueño, con una plata en el mundial.
-No contábamos con ello. Veníamos de quedar sextos en el Europeo el año anterior y tuvimos nuestras opciones de ganar contra Francia, que es el todopoderoso. Fue un gran premio.
- Un metal histórico.
-Era la sexta medalla que conseguíamos en los últimos nueve años con mi staff técnico. La primera plata de ésta índole. Queremos seguir en la pelea y poder sacar jugadores para que lleguen a la absoluta, es lo importante.
- ¿Cómo valora el nivel de las promesas en Asturias?
-No estamos en el mejor momento, pero es lo normal. En chicas hemos mantenido el nivel. Hemos pasado años buenísimos en una región pequeña como la nuestra, pero ahora vuelve a haber jugadores como Marcos Cancio y Adrián, porteros del Grupo, y hay otros dos promesas que también tienen su presencia. La portería parece que está siendo el puesto para sacar la cabeza.
- ¿Qué hace falta para relanzar la base, quizás un equipo en una categoría exigente?
-Siempre ayuda. Pero los referentes aquí tienen que ser con gente de la casa y que se junten dos o tres jugadores buenos en una hornada. Los Costoya, Adri Fernández, Serdio y compañía hicieron que Gijón tuviese balonmano en Asobal, hay que esperar a que salgan jugadores de este nivel, cuidarlos y mantenerlos.
- ¿Echa de menos su etapa en el Gijón Jovellanos?
-Sí, sin duda. Fueron años muy intensos, de crecimiento, con fases de ascenso, con pasar de no existir a jugar una fase final de la Copa del Rey. Fueron muy buenos momentos. Perdimos esa opción de estar en la máxima categoría y no haberla aguantado más, pero hay que mirar para adelante.
- ¿Qué les faltó?
-Mantener a los jugadores, pero son tan buenos que te los llevan enseguida. Si llegamos a mantener el bloque del primer año...
- A pesar de que está en activo con la selección. ¿Le pica el gusanillo de estar en el día a día en un club?
-No te voy a engañar, se echa de menos el día a día y más estando en tu casa, era muy cómodo.
- ¿Se plantea esa opción?
-Opciones siempre hay, pero te lleva a renunciar a cosas que tienes.
- ¿Cuál es su mayor reto?
-Me encantaría ir a unos Jugos Olímpicos, aunque fuese llevando los balones, es el sueño de cualquier deportista.
- La punta de la pirámide sería ser seleccionador absoluto?
-Ya lo hay. Es una profesión en la que no puedes aspirar al puesto de otro, pero si algún día te ofrecen una cosa más importante tocará decidir si la aceptase o no. Estoy muy contento con lo que hago, encantado de trabajar con jóvenes y disfrutar al máximo. No dejo de dormir por ser o no ser seleccionador absoluto.
