Como el deporte no es ajeno a las miserias de la vida, la semana se vio salpicada por novedades sobre los casos de abusos sexuales a gimnastas. En España, el martes se supo que el Tribunal Supremo estimó el recurso de Gloria Viseras contra la sentencia en la que la Audiencia de Madrid condenaba a la exgimnasta por considerar que su denuncia por abusos contra su entrenador en el equipo nacional, Jesús Carballo, "vulneraba el honor del técnico". La Audiencia había condenado a Viseras, a su compañera Irene Martínez y al entrenador Antonio Llorens a pagar una multa de 10.000 euros cada uno por sus declaraciones en diversos medios. En su sentencia, el Supremo recordó que las denuncias habían sido respaldadas por el Consejo Superior de Deportes y por la Policía Nacional. Una buena noticia, pero muy lejos de lo que está ocurriendo al otro lado del Atlántico con el médico del equipo estadounidense, Larry Nassar, condenado a 60 años de cárcel y acusado de abusos por 140 víctimas durante sus treinta años en la federación. Pasó mucho tiempo, demasiado, pero no cuesta mucho imaginar el terror de unas niñas ante un monstruo que, además, tenía todo el poder sobre ellas.
