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"Lo comería con disgusto", dice el madrileño que pescó el primer salmón del Eo

Hoy vuelve "Campanu", las páginas semanales de LA NUEVA ESPAÑA dedicadas a la temporada de pesca

Federico de Lera, ayer, con el salmón en el coto santirseño La Volta. T. CASCUDO

Al tercer lance de la mañana, apenas cinco minutos después de iniciar la jornada de pesca, el madrileño Federico de Lera sacó a tierra el campano del Eo, el segundo que pesca en este río fronterizo del que es asiduo desde hace más de treinta años. "Después de los padecimientos y desilusiones que procura la pesca del salmón, la sensación de pescar el campano es indescriptible", apuntó satisfecho.

El primero del Eo y segundo de la campaña en Asturias pesó 5 kilos y midió 76 centímetros. "Es un ejemplar bastante aceptable. Hubiera podido ser mejor, pero no vamos a protestar. Campano es campano y solo lo hace una caña", añadía a pie de río mientras conversaba con el agente de la Guardería del Medio Natural, Carlos González.

De Lera asegura que la captura, a cucharilla, fue "inmediata", pero lo atribuye a su conocimiento del río. "Hay que saber ir al sitio y yo llevo muchos años pescando", indica este promotor inmobiliario, al tiempo que aplaude el buen estado del río, "con aguas alegres tirando a fuertes".

Cuenta el pescador madrileño que cuando escogió en la repesca un coto disponible, solo quedaba un hueco en La Volta. "Estaba para mi", apunta. Los ribereños describen este enclave como uno de los mejores de Asturias y De Lera coincide al señalar que es un pozo "extraordinario".

El madrileño llegó a San Tirso "con muchísima ilusión" y dispuesto a aprovechar a tope su única jornada de pesca. No hay duda de que lo hizo. Además, se mostró dispuesto a vender el ejemplar en caso de que hubiera ofertas y llegó incluso a conversar con el Alcalde de Salas, Sergio Hidalgo para saber si sería viable organizar una subasta en Cornellana. El regidor le explicó la imposibilidad, para decepción de De Lera a quien no le apetecía demasiado llevarse a la boca al ejemplar: "Lo comería pero con un poco de disgusto, es como comerte a tu hijo".

Este pescador es asiduo del Eo desde finales de los setenta y tiene en su haber más de cien salmones, entre ellos el campano del Eo de 1978, que en aquella ocasión, apunta, fue el primero de Galicia.

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