El Lealtad consumó su descenso a Tercera, cantado dede hace unas semanas de la peor manera posible. Con una goleada de escándalo en su visita a Lezama. Lo maliayeses no supieron frenar a un desatado Athletic B, que aún pudo marcar más goles. La falta de acierto de los locales y las paradas de Javi Porrón lo evitaron.

El mismo equipo que ganó al Izarra en Les Caleyes es el que sacó Roberto Aguirre en Lezama. Con Omar Hernández en la sala de máquinas y con Rodri cerca intentaron frenar a los locales. Se lesionó Carbonell en el primer cuarto de hora y Omar se colocó de central y Agus Porto en el mediocentro. No dio resultado y llegaron las primeras ocasiones para los de Garitano.

Los asturianos aguantaron casi veinticinco minutos antes del primer gol, minutos en los que salían muy bien a la contra. Álex Cruz se marchó solo por la derecha, pero se entretuvo y se quedó sin ángulo. Luego Chema Moreno remataba para encontrarse con un bien colocado Unai Simón. Ahí empezó el calvario para los de Roberto Aguirre. Un gol en parábola de un excelso Íñigo Vicente iba a ser el detonante de la goleada. A pesar de que los de Les Caleyes se fueron arriba, con un activo Rodri que pudo marcar con una internada por el centro. Escaso bagaje para un equipo que se jugaba la permanencia, ya que la escuadra local atacaba en avalancha. A la salida de otro córner, Óscar Gil, desde muy cerca, marcaba el 2-0. Pudo recortar Chema Moreno, pero su remate de cabeza no encontró portería cuando tenía todo su favor.

Tras el paso por vestuarios, los de Villaviciosa se vendrían abajo ante el derroche de un fútbol espectacular por parte de los cachorros. Asier Benito, que no había visto portería en la primera mitad, iba a marcar por partida doble. Las contras rojiblancas eran letales y no encontraban freno. Los de Garitano arrasaban sobre el verde ante un Lealtad hundido que sólo tocaba el esférico para coger el balón de sus redes y sacar de centro. Íñigo Vicente y Dopico, éste sesenta segundos después de saltar al campo, lograban sumar para llegar al set. Roberto Aguirre intentó con los cambios lo imposible, parar a los desatados jugadores locales. No pudo hacerlo y todavía Mauri iba a provocar un penalti que transformó Undabarrena para abrir su cuenta goleadora esta temporada. También lo haría Baqué en la prolongación para amargar aún más al Lealtad el día del descenso.