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Culé Moyáu

Iniesta y los nenúfares

El pintor Claude Monet dedicó sus últimos 27 años de vida y casi doscientos cuadros a los nenúfares. Monet pintó, pintó y pintó los nenúfares junto al puente japonés que hizo construir en el estanque de su casa en Giverny. Luego, eliminó los árboles y las orillas del estanque y pintó sólo los nenúfares rosas, blancos, amarillos y rojos en un espacio sin límites precisos. Monet quiso pintar la luz, y para eso disolvió la forma: "Tan sólo quiero pintar la belleza del aire", dijo.

Iniesta ha dedicado sus últimos 22 años de vida como futbolista, desde que llegó a Barcelona en coche con su padre, y cientos de partidos a pintar nenúfares azules y granas junto al puente del Barça que Cruyff construyó en el estanque de La Masía, y que le permitió pasar del filial a debutar en el primer equipo con Van Gaal. Luego, Iniesta fue eliminando en su juego los árboles que nunca dejan ver el bosque del fútbol, y las orillas del estanque en el que tantas veces se han ahogado jugadores que pudieron haber sido grandes y se quedaron en importantes. Iniesta es al fútbol lo que la pintura del último Monet es al arte porque si Monet quiso pintar la belleza del aire, entonces Iniesta pintó la belleza del fútbol cuando es aire, ligereza, luz. El fútbol de Iniesta es casi abstracto, despojado de cualquier forma, árbol u orilla. Pálido y ligero como un nenúfar, Andrés es para algunos el hombre que marcó aquel gol al Chelsea en Stamford Bridge y el tipo que regaló un Mundial a España envuelto en un lacito con los colores de la bandera de Sudáfrica, pero sobre todo es el futbolista que, como dijo Frank Rijkaard, juega al fútbol repartiendo caramelos y moviéndose como se mueve la luz en un estanque. Todos echaremos de menos a Iniesta como se echa de menos la belleza del aire en un vagón del metro o en una oficina recalentada. Iniesta se va del Barça a lo grande, en lo más alto, cuando ha alcanzado la máxima abstracción y belleza en su juego. Por eso se va.

No, Iniesta nunca ganó el Balón de Oro. Tampoco el Premio Nobel de Química, ni el "Cervantes", ni el "Princesa de Asturias" de Ciencias Sociales, ni la Medalla Fields para Descubrimientos Sobresalientes en Matemáticas, ni el "Oscar" a los mejores efectos especiales. No importa. Iniesta es uno de los nenúfares de Monet.

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