La concejala del Partido Popular de Avilés Reyes Fernández Hurlé lamenta "haber herido sensibilidades en el equipo, socios y/o aficionados del club de fútbol Avilés Stadium si alguien se ha sentido ofendido", como dejó escrito en un comunicado después de que el club avilesino solicitara una disculpa pública por las declaraciones que realizó la edil a LA NUEVA ESPAÑA en las que acusaba al equipo de un "cierto tufo político".

"En ningún momento mi intención fue la de faltar a nadie al respeto", añade la concejala. Y es que la directiva del Stadium señaló que la declaración de la política había sido una "falta de respeto al club, a los socios y aficionados, así como a todos los integrantes del club, ciudadanos de Avilés en su mayoría".

Fernánde Hurlé, con todo, ha querido dejar claro que sus declaraciones "fueron una opinión personal y por lo tanto, no representa al Partido Popular de Avilés".

La polémica surgió al preguntar a la oposición por las opciones que tiene el equipo para jugar y entrenar la próxima campaña, después de que el pasado fin de semana ascendieran a Preferente. El equipo solicitó al Ayuntamiento un campo de mayor aforo que el actual, el Santo Domingo de Miranda, y las conversaciones giraron en torno al Muro de Zaro, aunque el presidente del club, Sal de Rellán comentó que no diría que no al Suárez Puerta si se les ofrecía, como finalmente no ocurrió.

La concejala popular señaló en su momento que el Real Avilés "es el equipo del pueblo, el que tiene la historia, es cierto que el Stadium tiene ahora más socios, pero la gente no ha abandonado al Avilés, han dejado de lado una forma de gestión" y por tanto debe estar en el Suárez Puerta. Unas declaraciones que acompañaron a la que ha sentado peor en el seno del Stadium, la de que el club tenía connotaciones políticas. "El club tiene una imparcialidad absoluta que se ha demostrado desde su nacimiento", señalaron desde el club avilesino.

El club también quiso aclarar, en respuesta a otros grupos políticos, que se trata de un club deportivo básico y por tanto es tan privado como el resto de clubes de la ciudad salvo uno, el Real Avilés, que es una Sociedad Anónima Deportiva y que está abierto "a conversar con todas las formaciones políticas sin importar su ideología o miembros", para buscar lo mejor para los socios y aficionados, que toman las decisiones del club.