Madrid

La inflación armonizada bajó en abril cuatro décimas, después de siete meses consecutivos de subidas, y se situó en el 4,2 por ciento, según el indicador adelantado del índice de precios de consumo armonizado (IPCA), difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Pese al descenso de los precios en abril, la tasa difundida ayer es 1,7 puntos superior a la registrada en el mismo mes del año anterior cuando la tasa de inflación se situó en el 2,5 por ciento.

El elevado precio que registra el crudo y, en menor medida, el encarecimiento de algunos alimentos, son los principales responsables de que la tasa de inflación se mantenga en tasas tan elevadas, aunque el efecto base -la comparación con la subida experimentada en el mismo mes del año anterior- ha hecho que el alza de los precios comience a moderarse. En marzo la tasa de inflación española continuó su senda alcista, que comenzó el pasado verano y se situó en el 4,5 por ciento, la más alta desde julio de 1995. La inflación subyacente -que excluye del índice general los alimentos frescos y la energía- también subió una décima en marzo y su tasa interanual se situó en el 3,4 por ciento.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, auguró ayer que los precios iban a empezar a bajar ya, «poco a poco», a pesar de que sigue la escalada del precio del petróleo y la economía española es muy dependiente del mismo. El «descanso» en la escalada alcista del IPC y la confianza expresada por Zapatero contrastaron ayer con la que manifiestan los empresarios españoles. El último indicador de confianza empresarial (ICE), elaborado por las cámaras de Comercio reflejó que la confianza de los empresarios españoles se redujo en abril hasta mínimos históricos debido a la incertidumbre económica y a la actual desaceleración de la actividad.

El deterioro de la confianza se debe principalmente a la evolución de la cifra de negocio de las empresas, a la ralentización del consumo de los hogares y a la disminución de las ventas de las compañías. Así, el ICE se redujo 3,1 puntos respecto a enero y se situó en 6,3 puntos negativos.

La pérdida de confianza es generalizada en todos los sectores, pero es el de la construcción el que refleja las mayores caídas, y en este contexto, las cámaras esperan que el crecimiento de la economía española continúe desacelerándose en el segundo trimestre de 2008.

La evolución del IPC, según su indicador adelantado, fue el único dato positivo del día, pues ayer también se conoció que, según la compañía de seguros Crédito y Caución, la morosidad empresarial se incrementó en un 48% en el primer trimestre del presente años en comparación con el mismo período del año pasado. Crédito y Caución atribuyó este deterioro al ajuste del sector de la construcción. A partir de un seguimiento del ajuste del sector de la construcción, los analistas de la compañía destacaron que la evolución de la desaceleración de la actividad inmobiliaria es el primer factor que explica el deterioro general de los niveles de impago. Asimismo, la compañía prevé que a lo largo de los próximos trimestres persista el empeoramiento de su comportamiento en pagos, en línea con la evolución de la desaceleración de la actividad inmobiliaria, que registra una suspensión del inicio de proyectos en respuesta a la contracción de la demanda.

Desde el Banco Santander, que ayer presentó sus resultados trimestrales, las previsiones del consejero delegado del grupo, Alfredo Sáenz, también se transmitieron frías perspectivas económicas. Sáenz auguró que el crédito cerrará el año con un crecimiento de entre un 8 y un 10%, frente al 16% actual, y que la morosidad seguirá acelerándose, aunque aseguró que esta nueva coyuntura será «sostenible».