Oviedo / Madrid

El mercado bursátil no encuentra la calma y ayer añadió otro capítulo de comportamiento errático. Los principales mercados europeos cosecharon pérdidas relevantes -el español retrocedió el 2,61%- y esta vez el detonante, según los observadores más pegados al parqué, estuvo en Alemania. La decisión del Gobierno de Ángela Merkel de poner coto a algunas de las maniobras habituales de los especuladores penalizó a las bolsas tanto por la decisión en sí como por el hecho de que el país germano actuó de manera unilateral, transmitiéndose de nuevo la impresión de que, pese a los acontecimiento de las últimas semanas, la zona euro sigue sin tener un criterio común y sin compartir con claridad la gobernanza económica en un período delicadísimo para el futuro de la región y para su moneda. El euro también resultó castigado ayer y cayó hasta los 1,21 dólares, aunque cerró en 1,23.

«El euro sigue en peligro», manifestó Ángela Merkel en el parlamento alemán (Bundestag). La suma de esa declaración y las medidas que horas antes había anunciado para frenar las llamadas «operaciones bajistas al descubierto» sobre diez bancos y compañías aseguradoras terminaron por inquietar a los inversores, sobre todo los extranjeros. Inquietó menos, según dan a entender los cronistas bursátiles, la decisión conjunta de la UE de poner en marcha una directiva que aumente las exigencias sobre los «hedge fonds» o fondos especulativos.

La decisión alemana supone la prohibición inmediata y hasta marzo de 2011 de las operaciones bajistas en descubierto con acciones de una lista de diez entidades «sensibles» o con seguros contra impago de deuda (CDS, por sus siglas en inglés). Mediante estas las primeras, los especuladores venden acciones que en realidad no tienen con el fin de luego recomprarlas más baratas. Como quiera que los fondos que realizan estas prácticas manejan enormes cantidades de dinero, el valor atacado puede sufrir severas caídas. En el caso de los CDS, se compra un seguro contra el impago de un bono que tampoco tienen para venderlo después más caro. Estas operaciones se han utilizado en ataques especulativos contra la deuda soberana de Grecia, España o Portugal.

En una jornada marcada por esa decisión de Alemania, el principal índice bursátil español, el Ibex 35, llegó a perder en algunos momentos casi un 4% y terminó con todos los valores en números rojos, ajeno a la confirmación del Instituto Nacional de Estadística (INE) de que la economía española dejó atrás la recesión con un crecimiento del 0,1% en el primer trimestre del año. Los mercados han estado en estas semanas más preocupados, por ejemplo, de que España pueda recaer a raíz de las medidas de ajuste -recortes salariales a los funcionarios, congelación de pensiones y tijeretazo a la inversión pública- que pondrá en marcha el Gobierno.

Líderes de la Comisión Europea y también el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, no criticaron directamente la decisión de Merkel, pero insinuaron cierto malestar al destacar que lo más conveniente para la región monetaria hubiera sido una acción coordinada, no medidas nacionales.

Madrid no encabezó esta vez los descensos bursátiles del Viejo Continente, donde en generalla decisión de Alemania de regular operaciones de mercado sin contar con el resto de la eurozona deprimió a los inversores, que optaron claramente por las ventas. París bajó un 2,92%, más que Londres, que menguó un 2,81% y que Francfort (-2,79%). Wall Street se contagió y en la tarde de ayer retrocedía el 0,8%.