Oviedo, L. G.

Tres de las principales organizaciones que defienden los intereses del pequeño comercio asturiano salieron ayer al paso de las críticas formuladas por la patronal de los hipermercados contra la nueva regulación comercial del Principado, que ha optado por mantener ciertas limitaciones administrativas a la expansión de las grandes superficies. La Asociación de Comerciantes de Gijón y Carreño y las que agrupan a los industriales de las comarcas del Nalón y del Caudal defienden la legalidad de la normativa asturiana y sostienen que los criterios aprobados por el Gobierno regional amparan «el modelo de ciudad sostenible y compacta» que también se predica desde Europa.

Las nuevas directrices de equipamiento comercial de Asturias son el resultado de una reforma para adaptar la legislación regional a la directiva de servicios de la Unión Europea (UE), de reciente aplicación en España. La regla comunitaria ampara los principios de libre empresa y de competencia y ha obligado a retirar la exigencia de licencias especiales autonómicas para las grandes superficies, práctica común en buena parte de las regiones y que suponía un mecanismo para poner coto a la expansión de los grandes centros y amortiguar su impacto en el pequeño comercio. Las directrices asturianas han erradicado esa segunda licencia, pero mantienen las restricciones mediante la exigencia de «estudios de impacto estructural y ambiental». La patronal de los híper Anged considera «intervencionista» y contraria a la ley europea esa reglamentación.

No lo creen así las asociaciones del pequeño comercio. «No hemos pedido medidas proteccionistas para las empresas a las que representamos (...). Lo que defendemos es que queremos vivir en poblaciones con equipamientos sostenibles, con espacios para la convivencia y con calidad de vida», señalan en un comunicado las asociaciones presididas por Carmen Moreno (Gijón y Carreño), Marcelino Tamargo (Nalón) y Loli Olavarrieta (Caudal). Es un comentario de apoyo a uno de los grandes criterios de la normativa asturiana: supeditar la apertura de más centros comerciales a la expansión de las ciudades y frenar las localizaciones en zonas periféricas, con más impacto en las infraestructuras y en el territorio.