Madrid / Bruselas, Agencias

Los inversores avalaron ayer el acuerdo alcanzado de madrugada entre los líderes europeos en su intento de cortar la crisis de deuda soberana y blindar el euro. La estrategia liderada por la canciller Angela Merkel fue recibida con euforia en las bolsas. La banca registró grandes subidas en todos los parqués, incluido el sector español, que ha resultado damnificado ante las nuevas exigencias de recapitalización que implica lo pactado en Bruselas. Las cinco grandes entidades afectadas (Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y Banco Popular) descartaron ayer que necesiten recurrir a ayudas públicas, aunque algunos directivos y organizaciones patronales dieron a entender que el sector está indignado con los criterios aplicados por Bruselas. El crédito puede resentirse a corto plazo, reconoce también el sector.

El acuerdo general llegó en Bruselas hacia las tres y media de la madrugada y básicamente tiene tres patas: una suspensión de pagos parcial y ordenada de Grecia (los bancos acreedores aceptan «voluntariamente» un impago del 50%), una recapitalización de los principales bancos europeos para elevar su solvencia y prevenir riesgos financieros (deberán captar 106.000 millones de euros para alcanzar un 9% de capital de máxima calidad) y el refuerzo de la capacidad de maniobra del fondo de rescate.

La reacción de los mercados da a entender que tales medidas han despejado incertidumbres sobre la crisis europea y sobre la capacidad de respuesta de la UE. Las bolsas europeas registraron intensas subidas, encabezadas por París (6,3%) y por Fráncfort (5,4%). El Ibex 35 español se revalorizó el 4,96%, el segundo mayor incremento de este año. En el mercado secundario de deuda también hubo señales de confianza. La prima de riesgo de la deuda española cayó a los 312 puntos tras registrar uno de los mayores descensos del año en una sesión (21 puntos).

La inyección de confianza que supuso el acuerdo de Bruselas hizo que las acciones de los grandes bancos franceses (Crédit Agricole y Société Générale) se disparasen más del 20%. Los gigantes financieros alemanes registraron subidas superiores al 15%. Y en España, Santander y BBVA se revalorizaron el 7,5% y el 10,2%, respectivamente. Ocurrió de ese modo pese a que la gran banca española aparece como la segunda más penalizada por el plan de recapitalización acordado en Bruselas.

Según anunció a medianoche del miércoles la Autoridad Bancaria Europea, los cinco grandes bancos españoles necesitarán captar o generar con sus propios recursos 26.161 millones de capital para cumplir las nuevas exigencias de solvencia. Es una cantidad sólo inferior a la que se exige a la banca griega (30.000 millones), afectada principal por la quita de la deuda helena y que va camino de la nacionalización.

El impacto de la valoración de la deuda soberana que poseen los bancos -la decisión más controvertida, con una devaluación contable de los bonos españoles del 2%- y la metodología utilizada por la Autoridad Bancaria Europea -de nuevo no se consideran capital de máxima calidad las provisiones anticíclicas del sector- han castigado a las entidades españolas. No obstante, las cinco implicadas en el proceso descartaron ayer que puedan verse obligadas a recurrir a ayudas públicas. Tampoco apelarán al mercado en busca de capital privado. Su estrategia será la generación interna de recursos (capitalización de beneficios, principalmente).

Santander, BBVA, Caixabank (banco de la Caixa), Bankia (entidad liderada por Caja Madrid) y Popular tienen hasta junio de 2012 para reunir los 26.000 millones citados, si bien, según sus propias estimaciones, las necesidades reales se quedan en 14.000 millones. Es así por el cómputo de los bonos convertibles en acciones (títulos de deuda que el comprador puede cambiar por acciones del banco en un plazo determinado) que las entidades tienen en circulación y que serán reconocidos como capital de la máxima calidad.

¿Qué impacto tendrá el sobreesfuerzo que se exige a la gran banca española? Algunos directivos de «los cinco grandes», como el presidente del Banco Popular, Ángel Ron, reconocieron que el acceso al crédito puede endurecerse a corto plazo. Fue una opinión también expresada por la patronal de las cajas de ahorros (CECA). Aunque se presume que el efecto a medio y largo plazo será una mejora de la posición de los bancos españoles en los mercados y, con ello, el acceso a su propia financiación en condiciones más favorables. La patronal bancaria (AEB) tachó de «arbitrariamente altas» las nuevas exigencia de capital a la banca europea. Fuera del grupo de bancos afectados, Jaime Guardiola, consejero delegado del Grupo Sabadell, también pronosticó una posible contracción del crédito.

Desde el ámbito político, el líder del PP, Mariano Rajoy, cuestionó los acuerdos de Bruselas por su impacto en el acceso a la financiación. El presidente Zapatero destacó, ya en la madrugada de la cumbre, que la banca española podrá cubrir las nuevas necesidades de capital sin grandes dificultades y sin dinero público, de modo que tampoco quedarían comprometidas las cuentas de la Administración.