Washington / Berlín, Agencias

España sufrirá dos años de recesión (2012 y 2013), según presume el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el borrador de sus nuevas previsiones económicas. El Fondo augura el desplome de la actividad en este ejercicio, con una contracción del PIB español del 1,7% -en octubre hablaba de un crecimiento del 1,1%-, mientras que en 2013 la caída será del 0,3%. Los recortes no se ciñen sólo a España. Según el FMI, la economía de la zona euro se contraerá el 0,5% en 2012, frente a la expansión del 1,1% prevista anteriormente, para crecer un 0,8% en 2013. España e Italia serán los dos únicos países que no se acoplarán el año que viene al impulso generalizado de la economía europea, según la institución internacional.

El FMI, que encabeza Christine Lagarde, también rebaja en siete décimas porcentuales sus previsiones de crecimiento de la economía mundial para este año, dejándolo en un 3,3%. Para 2013 el recorte en las perspectivas es de cinco décimas, dejando sus estimaciones de crecimiento en el 4%.

Esta rebaja en las previsiones figuran en el último informe de «Perspectivas Económicas Mundiales», que el FMI presentará oficialmente el martes, pero al que ya ha tenido acceso la agencia italiana de noticias «Ansa».

Entre los principales países de la eurozona, las nuevas perspectivas del FMI señalan que Alemania crecerá un 0,3% este año, un punto menos de lo estimado en octubre, y un 1,5% en 2013, mientras el PIB de Francia lo hará en un 0,2% en 2012 y un 1% en 2013.

No obstante, el mayor varapalo en esta actualización de previsiones económicas lo recibe Italia, cuya economía se hundirá este año al registrar una contracción del PIB del 2,2%, frente a la expansión del 0,3% estimada en octubre, y seguirá en terreno recesivo en 2013, cuando retrocederá un 0,6%, convirtiéndose junto a España en las dos únicas grandes economías que no aprovecharán la generalizada recuperación apuntada por el FMI para 2013.

La recesión que sufrirá este año la zona euro obliga, según los expertos, a acelerar un acuerdo político que permita, en la medida de lo posible, minimizar su impacto. Y eso es lo que se espera que se alcance en la cumbre de líderes europeos que se celebrará el próximo día 30 en Bruselas.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, han preparado un plan sustentado en seis puntos para afrontar la crisis de la zona euro. Pero la principal novedad es que el documento no habla de ajustes ni recortes, sino de apostar por el crecimiento económico y el empleo. Para ello proponen, entre otras medidas, constituir un fondo especial que en principio estaría destinado a estimular la actividad en los tres países rescatados: Grecia, Portugal e Irlanda.

También se propone que las oficinas de empleo se comprometan a conseguir un puesto de trabajo o de formación a los desempleados; reducir los costes salariales; facilitar la concesión de créditos a las pequeñas y medianas empresas; buscar fórmulas para favorecer la concesión de préstamos a las empresas, y apoyos especiales a los países que cumplan con los planes de ajuste.