Madrid / Oviedo, Efe / EP

La agencia de calificación Fitch cumplió ayer su peor amenaza al rebajar en dos peldaños la calificación de solvencia de España, que pasa desde el sobresaliente bajo «AA-» al notable que supone la nota «A» y con perspectiva negativa. También degradó en dos escalones las notas de Italia y Eslovenia, y en uno las de Bélgica y Chipre. Fitch mantuvo, por el contrario, el «rating» de la deuda de Irlanda en el aprobado alto («BBB+»), aunque con perspectiva negativa, debido, entre otros factores, al progreso realizado por el programa de rescate internacional y al fuerte apoyo político al plan de consolidación fiscal.

Fitch es la segunda agencia calificadora que recorta la nota de fiabilidad del Estado español este mes y la segunda también tras el cambio de Gobierno en diciembre. El pasado día 13 Standard & Poor's (S&P) rebajó también la percepción de solvencia española en dos escalones: de «AA-» a «A». Con ello, S&P y Fitch otorgan la misma calificación a los bonos españoles.

De los seis países de la zona del euro cuestionados por Fitch a finales de 2011, Bélgica sigue siendo el que mantiene mejor calificación, un sobresaliente («AA»), aunque antes de la revisión tenía un sobresaliente alto («AA+»). A continuación quedan España y Eslovenia, países que pierden dos posiciones y pasan de «AA-» a «A». Por debajo se sitúan Italia, que de notable alto («A+») pasa a un notable bajo («A-»); Irlanda, que se mantiene con un aprobado alto («BBB+»), y Chipre, que de un aprobado («BBB») se coloca a las puertas del «bono basura» («BBB-»).

Los seis países dejan de estar bajo vigilancia, aunque la perspectiva de Fitch sobre ellos sigue siendo negativa, pues existe una probabilidad ligeramente superior al 50 por ciento de que les haga otra rebaja en los próximos dos años.

La menor solvencia actual de España refleja la preocupación de Fitch por el «significativo empeoramiento fiscal y económico» del país y pone como ejemplo el déficit mayor de lo esperado en 2011, próximo a un 8 por ciento, y no al 6 por ciento al que se había comprometido el anterior Gobierno.

La agencia augura ahora que el camino de España para reducir su déficit será más complicado de lo que se suponía antes, y de hecho asegura que el objetivo de alcanzar este año el 4,4 por ciento se comprobará que no es realista, por lo que cree que el objetivo del 3% en 2013 no se alcanzará hasta 2014. En el lado positivo, Fitch reconoce que España está ya corrigiendo los desequilibrios que se originaron durante el «boom» inmobiliario y reconoce también sus «instituciones fuertes y una gobernanza sólida», así como una economía diversificada.