Oviedo, José Luis SALINAS

La crisis y las malas perspectivas para el empleo han acelerado el retorno de inmigrantes a sus países de origen, pero la población extranjera aún crece en Asturias. El número de inmigrantes que viven en el Principado creció en 2011 un 2,1%, principalmente por la llegada de rumanos. Ocurrió de ese modo mientras en el conjunto de España el colectivo inmigrante se redujo un 0,3%, según señalan datos que ayer divulgó el Centro de Información para Extranjeros del sindicato CC OO. Desde que comenzaron las dificultades económicas, además, menudea el llamado efecto del «inmigrante emigrado»: es el caso de quienes, que tras haber conseguido la nacionalidad española, vuelven a su países a la espera de que la crisis en España escampe. Juan José Palacios, responsable del servicio de inmigración del sindicato, aseguró que este fenómeno se está dando con especial intensidad entre los residentes de origen sudamericano.

Son esos los inmigrantes que con mayor intensidad están retornando desde Asturias. Palacios asegura que se van porque «en sus países la vida suele ser más barata y las ofertas de trabajo en España son escasas, con lo que vuelven a su país de origen esperando a que el mercado laboral española remonte».

En España, la población inmigrante empadronada se redujo en 2011 en 17.087 personas. En cambio, en el Principado el número de extranjeros residentes (50.130) se incrementó en 1.024 personas. La mayor parte de este crecimiento responde a llegadas de inmigrantes de la UE y sobre todo a la llegada de ciudadanos rumanos, que huyen de las dificultades de su país. «Por primera vez en este decenio, ha bajado el número de inmigrantes iberoamericanos que llegaron a la región», destaca el informe de CC OO. En concreto, la caída fue del 3,56%, pese a que creció el flujo de paraguayos hacia Asturias.

El sindicato asegura también que en el Principado hay, como mínimo, 4.500 trabajadores que se encuentran en situación irregular; una cifra muy similar, añadieron, a la de años anteriores. La llegada de inmigrantes no se han frenado del todo en la región aunque, según destacó CC OO, el aumento del paro se cebó especialmente con los extranjeros en el último trimestre del pasado año. Según Ignacio Quintana, secretario de política social del sindicato, fue así debido a la fuerte pérdida de empleo que sufrieron algunas de las actividades que suelen ocupar los inmigrantes, como son la hostelería, el comercio y el servicio doméstico. A lo largo de 2011, las oficinas del Servicio Público de Empleo de la región contabilizaron una media de 6.279 extranjeros demandantes de empleo, 761 más que un año antes. En ese mismo tiempo, el número de afiliados extranjeros a la Seguridad Social llegó a los 14.903 inmigrantes, un 5% menos que durante 2010.