Washington/ Vigo,

Agencias/ L. GRAÑA

«El Gobierno no creará nada, ni un banco bueno, ni un banco malo y no se destinará ni la más pequeña de las cantidades de dinero público para ello». El ministro de Economía y Competitividad del Gobierno español se expresó así ayer en Washington, donde participaba en la cumbre del Fondo Monetario Internacional (FMI), para acallar los insistentes rumores sobre una inyección de dinero público a los bancos que sirvieran para tapar su agujero inmobiliario. «Lo que estamos experimentando es un proceso de ajuste en el valor de los activos, lo cual, a cambio, debería ayudar a su venta», concretó el ministro.

Las entidades bancarias española tienen de plazo hasta finales de mayo para presentar los planes de fusión que se materializarían en un máximo de dos años. Además, el Gobierno ha acelerado la subasta de las entidades intervenidas con el fin último de vigorizar el proceso de reordenación financiera y recuperar la confianza de los mercados. Es en este marco en el que el Gobierno reconoció la semana pasada que, junto con el Banco de España, se están analizando distintas fórmulas para «desgajar» los activos inmobiliarios de los balances de los bancos, de tal manera que se agrupen en otro negocio independiente.

El Banco de España aprobó también la semana pasada los planes de las entidades financieras para sanear y reforzar sus balances. Once cajas y bancos ya han iniciado el camino de las fusiones. Liberbank, que pilota Cajastur tras su fusión con Caja Extremadura y Caja Cantabria, comunicó que, sin cerrar la puerta a ningún otro proceso, tiene previsto cumplir con sus compromisos este año sin recurrir a fusiones.

Una de las situaciones más compleja es la de Novagalicia Banco, que plantea una subasta parcial para dar entrada a inversores hasta el 49% del capital de la entidad, ahora bajo control público. Los inversores interesados tendrían que contar con una cobertura contra pérdidas que debería estar avalada por el propio Banco de España. Se trataría en realidad de un Esquema de Protección de Activos (EPA).

El organismo regulador dio el visto bueno al plan, pero ahora se sabe que su aprobación definitiva depende de que consiga el visto bueno del Gobierno, del Fondo de Reestructuración de Ordenación Bancaria (FROB) y de Bruselas. Y es que, según el Banco de España, el proyecto pergeñado por José María Castellano carece de «encaje normativo». Además, la entidad que encabeza Miguel Ángel Fernández Ordóñez prefiere la subasta completa de la entidad.

Novagalicia Banco define su proyecto como una «compra de obligaciones obligatoriamente convertibles» por hasta el 49% del capital. Las obligaciones se canjearían por títulos ordinarios en 2014, coincidiendo con la salida a bolsa, y su precio vendría determinado por el valor de la entidad en ese momento.

El Banco de España, sin descartar esta novedosa fórmula, recela de ella. Prefiere una subasta competitiva, es decir, que los inversores pujen por el conjunto de la entidad. Pero además, la fórmula ideada por Castellano -quien asegura que ya tiene cinco fondos inversores comprometidos para pujar por el 49% de las acciones- supone que estos nuevos socios tengan que convivir en el capital de la entidad con el Estado. Así que el Banco de España se ciñe, de momento, a la posibilidad de que en septiembre «se consiga» capital por el monto completo que el FROB tiene en la firma. «Si Castellano no pudiera tener los más de 2.000 millones antes de esa fecha, habría que valorar sus acciones», señalaron fuentes de la entidad.