Madrid / Oviedo

El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, abrió ayer la puerta a cambiar el indicador que se utiliza como referencia para la revalorización de las pensiones. Ahora se emplea el índice de precios al consumo (IPC), pero ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) divulgó en paralelo una versión del mismo IPC, pero «a impuestos constantes». Esto es, descontando los impactos de las subidas fiscales. Según ese nuevo indicador, la inflación sin tener en cuenta los efectos tributarios (básicamente la última subida del IVA) está en el 1,4%, frente al 3,4% que marca el IPC convencional.

«El indicador de referencia también habrá que decidirlo en ese momento», respondió Latorre al ser preguntado por si el Gobierno se plantea la posibilidad de cambiar la referencia para las pensiones. El próximo noviembre el Ejecutivo debe tomar la decisión de compensar o no a los pensionistas por la desviación de la inflación. Las prestaciones subieron el 1% a principios de año y el IPC está en el 3,4%. Si como determina la ley de la Seguridad Social el Gobierno opta por compensar a los jubilados por esa diferencia, el coste superaría los 2.400 millones de euros sólo para este año.

Latorre dejó entrever ayer que el Ejecutivo podría plantearse revalorizar las pensiones, pero hacerlo utilizando un nuevo indicador. La diferencia no es baladí. En la hipótesis de que se usara el llamado «IPC a impuestos constantes», el coste bajaría sustancialmente. Si la tasa actual (1,4%) se mantiene hasta noviembre (mes de referencia para los cálculos), la compensación a los pensionistas se quedaría en unos 400 millones de euros.

La opción de modificar el indicador para la revalorización de las pensiones ha sido comentada otras veces dentro de la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo. La Comisión Europea también ha recomendado a España desvincular la actualización de las prestaciones de la marcha de la inflación. Es algo que ya han hecho otros países europeos, caso de Alemania. Allí las pensiones se revalorizan tomando como referencia la evolución de los salarios y de la proporción entre pensionistas y cotizantes (trabajadores en activo). Al igual que España, Francia, Italia, Austria y Reino Unido suben las pensiones teniendo en cuenta el IPC convencional.