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La factura de la electricidad

El alto precio de la energía compromete la recuperación

La patronal de los grandes consumidores eléctricos, de la que forman parte Arcelor, Azsa y Alcoa, advierte del "riesgo real" de cierres y deslocalizaciones

Los altos precios de la energía eléctrica, que durante este diciembre se han disparado por razones que están investigando las autoridades de la competencia, comprometen seriamente la recuperación de la actividad industrial en el conjunto del país, según el criterio de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege), de la que forman parte compañías como Arcelor Mittal, Azsa, Alcoa, Cementos Tudela Veguín o Praxair, todas con instalaciones en Asturias. Aege ha denunciado que en los últimos días hasta 21 plantas industriales españolas con consumos intensivos de electricidad han parado o recortado producción debido al "desorbitado" coste energético.

"El riesgo de cierres y deslocalizaciones es real y se acrecienta conforme aumenta el precio de la electricidad", señaló a este diario Fernando Soto, director general de Aege. Las denuncias de la gran industria se han avivado en los últimos días ante lo ocurrido en el mercado mayorista de la electricidad, allí donde a diario se fijan precios que luego repercuten en la factura de las compañías y también en los costes del sistema de tarifa. Desde finales de noviembre, los precios medios concertados entre las empresas generadoras y las comercializadoras -a menudo pertenecientes a los mismos grupos empresariales- se han encarecido casi un 60%, hasta alcanzar los 90,4 euros por megavatio el pasado viernes, 30 euros por encima de lo marcado en el mercado análogo de Alemania, como ha destacado Aege.

Ese aumento tan explosivo ha coincidido con acontecimientos singulares que afectaron a la oferta y a la demanda. Por un lado, las eléctricas tuvieron parados por revisiones técnicas varios reactores nucleares y la falta de viento redujo la producción de los parques eólicos, circunstancias que obligaron a aumentar la aportación de tecnologías más caras (ciclos combinados de gas y térmicas de carbón) para atender el consumo. De otra parte, en las últimas semanas el frío ha elevado la demanda.

Pero la escalada de los precios se ha producido también inmediatamente después de que el Gobierno desvelara que no aportará con cargo a los Presupuestos Generales del Estado los 3.600 millones de euros que había comprometido como contribución para frenar el "agujero" económico de la tarifa eléctrica. Este último hecho ha disparado la tensión entre las grandes compañías (Endesa, Iberdrola, Gas Natural-Fenosa, EDP-HC y E.ON) y el Ejecutivo y alimentado sospechas sobre el funcionamiento del mercado. El Ministerio de Industria ha encargado una investigación a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

En medio de ese conflicto, los grandes consumidores industriales amplifican sus quejas. La energía, denuncia el sector, puede arruinar las ganancias de competitividad obtenidas por procedimientos como los sacrificios salariales de los trabajadores. "Evidentemente, los ahorros de costes laborales que han realizado las empresas, así como los conseguidos mediante inversiones en eficiencia energética, se pueden ir al traste si esta situación de precios eléctricos se mantiene más tiempo", expone Fernando Soto. Y añadió "rotundamente" que está amenazada la recuperación de la actividad. "La industria está muy preocupada por los valores que se están produciendo en el mercado de futuros de electricidad para 2014", dijo sobre la expectativa de precios que se infiere de las cotizaciones en los citados mercados.

Los grandes consumidores industriales de electricidad, en cuya estructura de costes la energía llega a suponer hasta un 40%, vuelven a hablar de riesgos de cierres y deslocalizaciones. El director general de Aege lo expresa así: "Desgraciadamente, algunas fábricas de estos sectores han cerrado en estos años como consecuencia de la crisis; las empresas que se mantienen lo hacen porque, a la fuerza, han tenido que exportar casi toda su producción, y para seguir exportando es necesario que en España el precio final de la electricidad sea similar al de sus competidores de la Unión Europea; por ello, el riesgo de cierres y deslocalización es real".

Según datos de la UE, la industria española paga como media precios eléctricos en España un 35% superiores a los de Alemania y un 51% más altos que los de Francia, país con un sistema eléctrico basado en la generación nuclear.

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