El ex presidente de Caja Madrid Miguel Blesa despidió al director de su oficina en Linares (Jaén) José Antonio Gómez Ortega que, de su propio bolsillo, reintegró cantidades de dinero a aquellos clientes a los que la entidad les vendió participaciones preferentes cuyo importe no pudieron recuperar.

Según la información desvelada ayer por Infolibre a partir de los correos electrónicos de Blesa y otros directivos de la desaparecida Caja Madrid, la cúpula de la entidad despidió al director de la oficina cuando dejó de comercializar preferentes, una vez que constató que no era un producto seguro como la entidad había prometido, y que muchas personas no podían recuperar sus inversiones. El despido se materializó después de que la entidad tuviese conocimiento por una confesión de Gómez Ortega de que este trabajador de banca estaba reintegrando dinero de su propio bolsillo a los clientes que había perdido parte de sus ahorros.

El diario digital desvela que Blesa -que evitó comprar las participaciones preferentes que comercializaba Caja Madrid- mantuvo la decisión de despido aun después de que el director de la oficina jienense hubiera enviado una súplica al presidente de la entidad. El trabajador alegó que ya tenía un a edad difícil para encontrar otro empleo y quedaba en una situación de "desamparo", lo que afectaba a sus dos hijos.

El despedido explicó ayer a la Cadena Ser que encontró trabajo hace un año, tras tres desempleado, y que la venta de las participaciones preferentes de Caja Madrid se hizo con la promesa a los clientes de que era un producto seguro y que podrían disponer en el acto de la totalidad del dinero cuando así lo dispusieran los titulares de la inversión. "Fui la primera víctima de las preferentes", dijo.