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La banca abre el crédito hipotecario, pero sólo para quien cobre más de 2.000 euros

Las entidades reducen en 30.000 euros el dinero máximo que conceden para comprar pisos en Asturias y recortan el plazo para devolver el préstamo

Dos clientas frente al escaparate de una inmobiliaria de Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

Trabajo fijo, con contrato indefinido, unos ingresos superiores a los 2.000 euros al mes y un buen avalista. Ése es el perfil, escaso en efectivos debido a los golpes de la crisis, que los bancos persiguen y un grupo al que las entidades le ponen todas las facilidades del mundo para concederle un crédito hipotecario. Los agentes inmobiliarios y expertos del sector aseguran que hay un evidente cambio de actitud por parte de la banca. Desde que comenzó esta gigantesca recesión, el crédito se contrajo con una fuerza inusitada, pero ahora se está volviendo a levantar la mano, a cuentagotas y sólo para los más pudientes. En estos momentos, las entidades financieras tienen más liquidez que hace unos meses, gracias a algunas medidas adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE), que ha puesto más dinero en circulación y ha propiciado una bajada de los tipos, lo que ha hecho que la banca haya vuelto a recuperar su negocio matriz: prestar dinero.

Los cambios entre pedir un crédito en 2008, cuando comenzó la crisis, a hacerlo ahora son más que evidentes. Las estadísticas del Colegio de Registradores de la Propiedad apuntan a que en estos últimos cinco años en Asturias ha bajado considerablemente el importe que se concede, el tiempo que tienen los hipotecados para devolver el dinero y el tipo de interés. A este recorte de las exigencias por parte de la banca, aún leve, se está uniendo un fuerte descenso en los precios de los pisos. Su coste ha caído con una fuerza terrible desde que la crisis provocó un colapso del sector del ladrillo en España.

Uno de los cambios más relevantes de 2008 para acá es la reducción en el dinero que dejan los bancos. Ahora son extremadamente prudentes. Hasta que el grifo del crédito se cerró de golpe era habitual que las entidades financieras concedieran el cien por ciento del dinero que costaba el piso o, algunas veces, un poco más. En estos momentos, ese porcentaje está anclado como mucho en el 80% del valor del inmueble. "Ahora te exigen que tengas trabajo fijo y, al menos, tres o cuatro años de ingresos estables, y a los que son autónomos se les pide que garanticen que tienen carga de trabajo", aseguran desde la agencia inmobiliaria asturiana Álvarez. Quien no encaje en ese perfil, explica Juan Villén, director del área de hipotecas de idealista.com, "tendrá que contratar más de un seguro, hacerse un plazo fijo y un montón de tarjetas". Es decir, la entidad financiera se encarga de establecer con él una fuerte vinculación que se traduce en más costes. "Lo que se llaman criterios de riesgo casi no se han relajado, lo que sí se hace es levantar más la mano con quienes más ganan", apunta Villén.

Con este escenario, el importe medio del nuevo crédito hipotecario que los bancos concedieron durante este año en Asturias es de 88.783 euros, unos 30.000 euros menos de lo que se prestaba en 2008. El tiempo que se da para devolver el dinero también se ha recortado, en estos momentos se exigen unos 20 años, mientras que antes superaban los 26.

En los últimos años la banca había endurecido, a juicio del sector inmobiliario, en exceso las condiciones para acceder a nuevas hipotecas. Una muestra de ello es que los llamados diferenciales que se aplican sobre el euribor, un tipo de interés fijo que establecen las entidades, se habían disparado y hace sólo unos meses llegaron a superar el 4%. Con esta nueva apertura del grifo del crédito se han relajado y caído hasta una media del 2%.

Laura Pérez, responsable del sector hipotecario de la inmobiliaria Bankimia, asegura que "si no se tienen buenos ingresos mensuales, de más de 2.000 o 3.000 euros al mes, los diferenciales que aplica la banca siguen siendo exigentes". Eso sí, Villén añade que cuando lo que se pretende comprar es un piso de la banca, generalmente proveniente de un embargo, "se dan todas las facilidades del mundo".

Lo que ha desaparecido casi por completo en las nuevas ofertas de créditos hipotecarios que promueven las entidades financieras son las cláusulas suelo. Una sentencia del Tribunal Supremo del pasado mayo declaraba nulas todas estas barreras que no fueran transparentes, lo que ha desatado una cascada de pronunciamientos judiciales, generalmente a favor de los clientes para que se eliminen de los contratos hipotecarios.

La combinación de todos estos ingredientes ha provocado una caída de la cuota hipotecaria que los asturianos tienen que pagar. En los primeros meses de la crisis, durante el primer trimestre de 2008, el hipotecado medio de la región venía abonando 704 euros al mes por su préstamo, ahora paga unos 172 menos. Esto ha provocado también un descenso del porcentaje del salario que los asturianos destinan para pagar estos créditos. En 2008 alcanzaba el 40%, este año es del 28%.

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