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ANDRÉS BARCELÓ | Director general de Unesid, patronal de las empresas siderúrgicas

"La siderurgia europea está en peligro"

"Si mañana se cierra una planta de acero habrá un tremendo impacto local, pero no tendría ningún efecto en la lucha contra el calentamiento global"

Andrés Barceló, ayer, en la sede del Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste. LUISMA MURIAS

Andrés Barceló, director general de Unesid, asegura que la patronal siderúrgica está dispuesta a dar la batalla para lograr que la Unión Europea rebaje sus pretensiones de exigir a las industrias una drástica reducción de sus emisiones de CO2. Así lo afirmó ayer Barceló en Oviedo en la sede del Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste. A su entender, hay un riesgo real de que las empresas siderúrgicas cierren por culpa de estas presiones.

-¿Qué pueden suponer estas exigencias de la Unión Europea para que las empresas reduzcan sus emisiones de CO2?

-La situación está ahora menos mal que hace una semana. El último borrador conocido estos días no es tan negativo. El comisario Antonio Tajani impulsó hace años un plan para reducir un 20% las emisiones de la industria en Europa, pero ahora la propia UE ha hecho una propuesta irreal en la que se pide que la bajada sea del 40%. Los siderúrgicos europeos nos gastamos un porrón de dinero en un estudio en el que se analizaban las posibilidades reales de reducción de las emisiones de cara al 2050 y dice que la industria integral, invirtiendo muchísimo dinero, podría llegar a un recorte del 15%. En una planta se coge el mineral de hierro, le quitamos el oxígeno con coque y eso produce CO2 sí o sí.

-¿Y no hay alternativas?

-Hay investigaciones en marcha para producir algo parecido al arrabio sin necesidad de hacer coque, pero primero tiene que desarrollarse técnicamente y que económica sea viable. Lo que no es factible es la otra idea que hay que es la de producir todo el mineral de hierro con chatarra.

-¿Realmente hay riesgo de que las plantas cierren por este asunto o es sólo un órdago?

-Nosotros estamos dispuestos a combatir el cambio climático. No lo negamos porque es un hecho, pero de Europa sólo sale el 4% de las emisiones, y el 50% del acero se produce en China. Si mañana se cierra una fábrica en Europa lo más grave es que no pasará nada, tendría un tremendo impacto local, pero ningún efecto en la lucha contra el calentamiento global. Claro que la industria europea está en riesgo, pero es un riesgo a largo plazo. A algunos políticos les encanta hablar de 2030 o 2050, porque para esa fecha estarán jubilados, pero las inversiones para esos años en este sector se piensan ahora, y si es más barato y atractivo invertir en Marruecos que en España, a la larga las empresas preferirán invertir en Marruecos.

-¿Y hay posibilidades de que Arcelor deje Asturias?

-Mañana no, pero esto es una batalla. El peligro para toda la siderurgia europea es que los empresarios dejen de invertir. Las plantas asturianas de Arcelor son muy eficientes, pero aquí hay que pensar a largo plazo. Si se deja de invertir la instalación se va cerrando poco a poco porque deja de ser competitiva.

-¿Hay mejoría en el sector?

-Depende, la cosa va por barrios. A los segmentos de nuestro negocio que están más ligados a la automoción sí que les va mejor, pero los que siguen pegados a la construcción, que es el 39% de nuestra actividad, aún no.

-¿La siderurgia se ha sabido diversificar?

-Sí que lo ha hecho, lo que pasa es que si uno fabrica materiales para la construcción es difícil cambiar. Ahora se exporta más, y se hizo un esfuerzo importante ajustando costes en todas las líneas, no sólo en personal.

-¿Y qué previsiones se manejan a partir de ahora?

-Desde ahora sólo cabe mejorar. La incertidumbre está en que ahora no se pare la economía alemana, pero incluso la construcción se está recuperando algo.

-Hace unos meses la UE propuso un ambicioso plan para dar un mayor peso a la industria. ¿Cómo va el proceso?

-El plan puso a la industria en el centro del debate político, pero no se ha hecho nada, igual que con el plan del acero que se quería impulsar en España.

-¿La energía sigue siendo un problema o ya se ha despejado?

-Nos sigue penalizando. Da la impresión de que el Gobierno está intentando acabar con el déficit tarifario a cañonazos. El nuevo sistema en el que el precio varía en función del día crea bastante incertidumbre. No se puede tratar a la industria como a agricultores de secano que tienen que estar pendientes del tiempo para ver si la electricidad sube de precio.

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