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La inductora del brutal asesinato de Vallobín inicia los estudios para ser maestra

La joven, que cumple condena en un centro de menores, superó el Bachillerato con nota

Larissa quiere educar a niños. La inductora del crimen de Vallobín, condenada a diez años de internamiento en un centro de menores por el brutal asesinato de María Luisa Blanco en 2009, se acaba de matricular en un instituto de Oviedo para cursar un ciclo formativo de Educación Infantil. Según ha podido saber La NUEVA ESPAÑA, la joven superó con nota el Bachillerato y el equipo educativo de Sograndio la animó a continuar formándose. Ella -que es madre de un niño de cinco años que estaba en la casa del horror durante el crimen- indicó su preferencia por los estudios de Educación Infantil para poder trabajar, cuando salga en libertad, en una escuela para menores de tres años, a las que se accede por oposición en el caso de las públicas (algunas no permiten el acceso a personas con antecedentes) o mediante un contrato laboral si se trata de una escuela privada.

La inductora del crimen de Vallobín fue condenada a diez años de internamiento en un centro de menores y otros tres de libertad vigilada por un delito de asesinato, dos contra la integridad moral, uno continuado de estafa y otro continuado de extorsión. Ya ha cumplido la mitad de la condena, por lo que, si todo sigue su curso, saldrá en libertad en 2019, con 28 años de edad. Aunque la pena máxima para los menores es de ocho años, eran tantos los cargos que pesaban sobre las espaldas de Larissa L. R. que, de acuerdo con el fiscal de menores, la condena se amplió a dos años más.

Cuando sucedió el crimen, en junio de 2009, a Larissa le faltaban unos meses para cumplir 18 años, así que fue juzgada en función de la legislación de menores. Cabía la posibilidad de que, al cumplir los 21 años, la asesina de Vallobín continuase su condena en la cárcel, sin embargó el Juzgado de menores, coincidiendo con una petición del Ministerio Fiscal, acordó que Larissa permaneciese en Sograndio y no fuese trasladada a Villabona.

El auto judicial, al que este periódico tuvo acceso en su momento, dictó esta resolución "sin perjuicio de que si se produce alguna modificación en la evolución o comportamiento de la joven, de modo que ya no responda a los objetivos perseguidos en su programa, pueda acordarse la ejecución de la medida pendiente en el centro penitenciario correspondiente". La educación era, precisamente, uno de los pilares en los que fundamentó el juez para que la asesina de Vallobín continuase el cumplimiento de su condena en un centro de menores, en lugar de en prisión. "Es necesario y fundamental seguir interviniendo con ella desde esta institución (Sograndio) con el fin de afianzar hábitos y actitudes positivas en los aspectos relacionados con la educación", argumentaba entonces el juez, a la vez que destacaba "el esfuerzo que está llevando a cabo en su formación académica".

Fuentes consultadas por este periódico aseguran que Larissa L. R. mantiene el contacto con su hijo, cuya custodia asumió, finalmente, la familia de su pareja y padre del menor, Jesús Villabrille Bou, el ejecutor del crimen, condenado a 77 años y 8 meses de prisión. Los "vis a vis" que mantuvo la pareja durante años en los muros de prisión se antojan ahora más complicados tras el traslado en diciembre del año pasado de Villabrille a Cádiz a una cárcel de máxima seguridad para presos peligrosos, en régimen cerrado, que se aplica a los penados clasificados en primer grado por su peligrosidad extrema o manifiesta inadaptación.

Villabrille fue trasladado primero desde la prisión de Villabona a León, para dar cumplimiento a una orden judicial de alejamiento de 500 metros respecto a Pablo Luis Blanco, hermano de la mujer descuartizada en Vallobín y también interno en Villabona. Según trascendió, en León sólo permaneció tres semanas y fue durante esa estancia cuando se decidió endurecer su condición de preso en segundo grado a interno de primer grado y ordenar su traslado a Cádiz.

Por su parte, otro de los condenados, Cristian Mesa, está cumpliendo su pena de 62 años y 8 meses de prisión en la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) del centro penitenciario de Villabona, donde, según ha podido saber este periódico, está perfectamente integrado.

Y a punto de disfrutar su primer permiso después de cinco años en la cárcel está Pablo Luis Blanco, de 40 años, el hermano de la mujer asesinada y descuartizada en su piso de Vallobín. La Junta de tratamiento del centro penitenciario de Villabona ha emitido, por unanimidad, un informe favorable a la concesión de un permiso al recluso, que está pendiente de disfrutarlo, tutelado por la Fundación Albéniz, en principio, en el municipio de Avilés. La sentencia considera que Pablo Blanco, condenado a diez años de cárcel, participó en el asesinato de su hermana a instancia de los otros condenados por el crimen, los inquilinos que tenían secuestrada a la familia Blanco, los dos hermanos y su madre.

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