La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el conocido como "banco malo", ya vendió cerca de 1.100 inmuebles en Asturias valorados en más de 50 millones de euros. En sus dos años de actividad, la Sareb se ha desecho de más de un tercio de los activos inmobiliarios que asumió en Asturias, la mayoría procedentes de Liberbank, el banco liderado por Cajastur.
En el momento de su constitución, la Sareb, la sociedad creada para vender los restos del naufragio inmobiliario, tenía una cartera de 90.618 activos financieros valorados en 39.438 millones de euros (principalmente préstamos a promotores que pidieron dinero a las cajas de ahorros y que no pudieron pagar su deuda tras el estallido de la burbuja inmobiliaria) y una cartera de 106.856 activos inmobiliarios valorada en 11.343 millones de euros (principalmente viviendas, suelos y edificios de uso terciario adjudicados a los bancos por impago). De los activos financieros, el 1% procedían de Asturias, por lo que son poco más de 900, mientras que de los activos inmobiliarios la tasa es más elevada, un 2,7%, por lo que se trata de casi 2.900. Esos inmuebles en Asturias estaban valorados en casi 193 millones de euros.
Después de dos años de actividad, y según los informes de gestión de la propia Sareb y de la información facilitada por el Gobierno en el Congreso de los Diputados, el "banco malo" ya se ha desecho de cerca de 1.100 terrenos e inmuebles en Asturias valorados en más de 50 millones de euros. Es más de un tercio del total de activos inmobiliarios que las cajas de ahorros cedieron a la Sareb en Asturias y un cuarto de su valor total. Son tasas que superan la media nacional (que en número de inmuebles vendidos no llega a un cuarto de la cartera inicial de la Sareb) y que son altas teniendo en cuanta que el "banco malo" tiene como misión vender los activos recibidos antes de 2027 al mejor precio posible y con el menor coste para el contribuyente. Aunque se le denomine banco malo, en realidad se parece más a una sociedad de liquidación. Durante el pasado año, el 5,5% de las ventas de inmuebles de la Sareb se concentraron en Asturias, donde aún se localiza el 2,4% del stock total.
La mayoría de los activos inmobiliarios que recibió la Sareb en Asturias procedían de Liberbank, banco liderado por Cajastur que traspasó a la Sareb un total de 14.120 activos financieros e inmobiliarios. Fue el sexto banco que más activos traspasó tras Bankia, Caixabank, Banco CEISS, Nova Caixa Galicia y Banco Mare Nostrum (BMN).
Las nueve cajas de ahorros convertidas en bancos que se desprendieron de los activos problemáticos se hicieron cargo inicialmente de la gestión de la venta a través de sus redes comerciales, ya que la Sareb no disponía de estructura y personal para ello. Sin embargo, el pasado año el "banco malo" dio un giro a la gestión y empezó a adjudicar paquetes de activos a gestores comerciales, conocidos como "servicers" en el argot del sector. Uno de ellos, el encabezado por Servihabitat, la inmobiliaria participada por Caixabank, se hizo con la gestión de una cartera de 30.300 inmuebles y créditos originados por Liberbank, Banco de Valencia y Nova Caixa Galicia. Ese paquete comprende casi 21.000 inmuebles de los que unos 2.000 están en Asturias.
El fondo tiene siete años para vender o alquilar todo o parte de esos activos. El dinero obtenido irá al "banco malo" y Servihabitat percibirá unas comisiones cuya cuantía no se ha precisado. Con tal cantidad de activos esa sociedad se convirtió en la mayor inmobiliaria de Asturias. Ahora bien, según indicaron fuentes del sector, una cosa es el número de activos y otra su calidad y las posibilidades reales de colocarlos en el mercado. Entre los cerca de 2.000 inmuebles referidos hay viviendas, locales comerciales, plazas de garaje, solares, fincas... parte de los cuales, añadieron las mismas fuentes, tienen una salida difícil porque se trata de propiedades de muy baja calidad y en mal estado.
Servihabitat está participada por Caixabank, que tiene un 49% del capital, pero la mayoría está ahora en manos de la firma estadounidense Texas Pacific Group (TPG), un fondo catalogado como oportunista o "buitre", que ha desembarcado en el sector inmobiliario español para hacer dinero con operaciones especulativas.
"La mayoría de los activos de la Sareb no son inmuebles, son préstamos, y estos requieren cobrar intereses, un seguimiento o sentarse con los que no pagan para buscar un solución. Y los activos inmobiliarios requieren infinitas gestiones: el cobro del IBI, la situación urbanística? Lo lógico es esa transición ordenada de los bancos a estas plataformas de gestión que han sido compradas en la mayor parte de los casos por fondos de inversión", señaló economista Mikel Echavarren, consejero delegado de la consultora Irea, que ha asesorado a la Sareb en algunas de sus operaciones. "Hay activos que todavía no tienen valor, como muchos suelos, y ese valor debería crecer a medida que se que recupera el pulso del mercado promotor", añadió Echavarren, que considera que el plazo de 15 años que tiene la Sareb para vender sus inmuebles "permite gestionar con una visión de largo plazo necesaria para ese tipo de carteras. Debería ser más que suficiente teniendo en cuenta que los ciclos inmobiliarios históricamente se dan cada siete u ocho años".
