"Es muy probable que durante un largo periodo de tiempo tengamos que resignarnos a convivir con unas tasas de desempleo impensables en otros países". La reflexión la dejó ayer el presidente del Gobierno del Principado, Javier Fernández, durante la entrega en Oviedo de los premios del Primero de Mayo que concede la UGT. La afirmación llegaba sólo un día después de la publicación de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), que calificó de "buenos". "Es fácil construir un discurso y concluir, al rebufo de las cifras, que la recesión es historia, pero me niego", señaló.

Antes de Fernández, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, destacó la "injusta" condena a prisión que el juez ha impuesto por participar en un piquete durante la huelga general de 2012 a cinco miembros de la sección sindical de Arcelor-Mittal, que recibieron las insignias de oro del sindicato. "Es un castigo muy severo y muy injusto", agregó, "se está reproduciendo una figura tenebrosa de hace cien años como eran las listas negras, cuando a los trabajadores que participaban en una huelga se les usaba de chivos expiatorios y no se les daba trabajo". El secretario general de la central en Asturias, Justo Rodríguez Braga, ahondó en la misma tesis y apuntó que "nos sentimos agredidos por esa sentencia". El portavoz de la sección sindical, Alberto Villalta, agregó que "no somos unos delincuentes ni unos criminales, nuestra lucha continuará".

La entrega de los galardones reunió en el salón de actos de la UGT de Oviedo a cientos de personas, entre ellas al expresidente del patronal asturiana (FADE) Severino García Vigón. También fueron premiados la sección sindical de UGT en Alcoa, por su labor para evitar el cierre de la factoría avilesina; Ángel Noriega, exempleado del BBVA, por su trabajo sindical de base, y Eloy Díaz, que trabajó activamente en la Federación de Industrias Químicas de la central.