Rafael Doménech, catedrático de la Universidad de Valencia, está al frente del departamento de análisis de economías desarrolladas del BBVA. Fue subdirector de la oficina económica del presidente Zapatero y ha sido consultor de la OCDE y la Comisión Europea. Ayer presentó en Oviedo el estudio "Situación Asturias"

-Hace dos años, BBVA preveía para Asturias un crecimiento por encima de la media nacional. Lo hizo por debajo...

-Pensábamos que como en crisis anteriores la recuperación iba a llegar antes a las regiones en las que los sectores público y privado estuvieran menos endeudados, como Asturias. Sin embargo esa ventaja no ha sido suficiente para contrarrestar el mayor dinamismo que han mostrado regiones que cayeron más en empleo y que hicieron de la necesidad virtud y en las que, por ejemplo, se aceptaron empleos con salarios menores. Además hubo comunidades del Mediterráneo que se vieron favorecidas por el incremento del turismo extranjero.

-En Asturias los ciclos económicos van con retardo.

-Se tardó más en entrar y salir de la crisis y se debe a la capacidad de ajuste de la economía.

-Asturias tiene menores previsiones de crecimiento en 2015 y 2016 que España por la caída de población, según BBVA, pero ese es un factor constante en las últimos años...

-Lo que ocurre es que la proyecciones demográficas han cambiado año a año durante la crisis y a peor en el caso de Asturias. Eso cambia las previsiones.

-¿Las exportaciones son el salvavidas de Asturias?

-No solo de Asturias. En unas sociedades globalizadas no queda más remedio que entender la interdependencia de las economías. Los bienes y servicios cada vez son más complejos y no hay una única región o país que abarque todo el proceso productivo.

-El escaso tamaño de las empresas asturianas es un obstáculo para exportar, pero muchas han crecido gracias a hacerlo. ¿No es paradójico?

-Cuanto mayor tamaño tengas, mayor probabilidad de salir al exterior y a medida que sales también ganas tamaño y terminas en un círculo virtuoso. Es habitual en la evolución empresarial.

-¿Son preocupantes las tasas de actividad de Asturias?

-El problema es el gran peso que en Asturias tiene la población de más de 55 años, que concentra tasas de actividad que se vienen a bajo muy rápidamente.

-¿Sería bueno prolongar la vida laboral?

-Sin ninguna duda. Tenemos mayor esperanza de vida, es una bendición, pero eso también exige ahorrar más cuando somos jóvenes para afrontar la vejez y retirarnos del mercado laboral más tarde. El reto es ir cambiando a puestos de trabajo acordes a la edad. Esto ya ocurre en otros países que ya hicieron la transición demográfica.

-Eso choca con la idea de estabilidad en el empleo.

-El concepto de estabilidad es erróneo. Puedes tenerla y haber pasado por distintas empresas y responsabilidades. La idea de que uno empezaba en una ocupación y en ella se jubilaba está reñida con el progreso, el enriquecimiento personal e incluso la mejora del salario.

-¿Hay que mantener la moderación salarial en Asturias?

-Los salarios deben ser flexibles y sensibles con lo que pase con la productividad y el empleo. El salario debe responder a esas variables y no al contrario, porque si no la forma rápida de aumentar la productividad es destruir empleo.

-¿Las negociaciones sectoriales son un obstáculo?

-Los esquemas de negociación salarial deben ser una guía a la que las empresas de forma individual deberían optar si les va bien. Un único traje no puede servir para todos.

-¿Cuando recuperará Asturias los niveles de empleo previos a la crisis?

-Dependerá de lo que pase con el crecimiento a partir de 2017 y las políticas económicas.

-BBVA prevé que España incumpla el objetivo de déficit. El Gobierno lo niega...

-Desde hace tiempo decimos que habrá una ligera desviación del déficit. Con una política fiscal menos expansiva se podría haber corregido. No obstante lo importante es la consolidación fiscal a largo plazo.