El Principado valoró ayer "positivamente" el nombramiento de José Manuel Arias como nuevo jefe de la unidad suroeste de Arcelor-Mittal para productos planos, una promoción que, entienden desde el Ejecutivo, supone un espaldarazo para las plantas asturianas. El consejero de Empleo e Industria, Francisco Blanco, destacó que para la región es una ventaja "el amplio conocimiento" que tiene Arias sobre las instalaciones. Resaltó además su implicación en el proyecto de la Manzana del Conocimiento en Avilés, un complejo de investigación ligado a la industria del acero que está dando sus primeros pasos.

"Es una ventaja importante para la región los conocimientos que tiene Arias sobre proyectos como ese, una iniciativa que tiene entusiasmado al propio Lakshmi Mittal (presidente del grupo siderúrgico)", señaló Blanco. El consejero también puso el acento en el hecho de que, aguas abajo, el ascenso de Arias haya traído consigo la promoción de personal de la casa y de origen asturiano.

José Manuel Arias se estrenará mañana en su nuevo cargo con bastantes deberes sobre la mesa de su despacho. Entre sus objetivos estará fomentar las sinergías y relaciones entre las plantas de esta parte del Viejo Continente, además de bregar para que las instalaciones que estarán bajo sus órdenes resistan a los constantes envites del acero chino, que está inundando los mercados internacionales. Esta última es ahora una de las máximas preocupaciones de la cúpula del grupo que preside Lakshmi Mittal. Así lo ha vuelto a plantear la dirección europea a los sindicatos durante una reunión celebrada esta semana en Luxemburgo.

Allí, los directivos expresaron su inquietud porque la industria china no ha moderado la agresividad de sus exportaciones. Todo lo contrario. Cada vez está pisando el acelerador con precios más baratos, lo que realmente alarma en el grupo Arcelor. La compañía echa de menos mayores presiones institucionales desde Europa frente a esa amenaza. A priori, las plantas que estarán bajo el mando de Arias están en una buena posición para resistir, especialmente las asturianas. Las instalaciones de Avilés y Gijón están funcionando a pleno pulmón y tienen la cartera de pedidos para los próximos meses a rebosar.

En Foss (Francia), donde trabajan unas cuatro mil personas, las cosas tampoco van mal. Después de haber adoptado exigentes recortes para hacer frente a la caída del negocio durante la crisis, la instalación marsellesa vuelve a tener sus dos hornos altos funcionando con normalidad. En tierras francesas, sostienen los sindicatos, Arias deberá afrontar otro desafío, el del relevo generacional en la plantilla. Durante los últimos años, un número muy relevante de trabajadores veteranos ha dejado la factoría y, argumentan las mismas fuentes, "se ha perdido mucho conocimiento". La planta italiana de Piambino, que Arias también controlará desde este lunes, tiene un tamaño más pequeño y está muy orientada al automóvil.

"Va a tener mucha más responsabilidad, pero a su vez seguirá teniendo un control directo sobre las plantas asturianas", aseguró uno de sus colaboradores. Precisamente, poder seguir trabajando desde Asturias fue una de las peticiones que José Manuel Arias hizo a la dirección de la multinacional al aceptar su nuevo cargo. Así se lo manifestó el gijonés a los sindicatos cuando les presentó su promoción en una reunión en la sede de La Granda.

El que también tendrá bastante tarea será Oswaldo Suárez, el sustituto de Arias al frente de la dirección de las plantas regionales. La más inmediata será la negociación colectiva que se tiene que abrir en breve y en las que los sindicatos plantearán a la dirección de la multinacional una subida de los salarios. Otra muy relevante será el desarrollo de las inversiones que acaba de aprobar la multinacional en Asturias.