Energía y Celulosa (Ence), dueña de una planta en Navia, obtuvo un beneficio neto en los nueve primeros meses del año de 35 millones de euros y un resultado operativo ("ebitda") de 141 millones con unas ventas de 487 millones. Se afianza así la expectativa, anunciada por la empresa que preside Juan Luis Arregui, y que ratificó en octubre su consejero delegado, Ignacio de Colmenares, según la cual la empresa cerrará este año en beneficios tras haber perdido el año pasado 140,9 millones. Junto con la mejora de resultados, el grupo ha reducido su deuda financiera de 284 a 257 millones. La compañía dijo ayer en su informe a los inversores que mantiene su propósito de culminar 215 con un "ebitda" de 200 millones.

A la mejora de los resultados está contribuyendo el alza del precio de la celulosa y de la electricidad, la apreciación del dólar, el aumento de la demanda internacional de celulosa, el bajo nivel de "stocks" existentes en el mercado (en mínimos históricos) y las mejoras de eficiencia de las plantas de Pontevedra y en particular la de Navia. La planta asturiana redujo su coste efectivo casi el 5%: pasó de 363 euros por tonelada a 345 tras la ampliación fabril (se acrecentó en 20.000 toneladas, primera fase de las 40.000 previstas) y las mejoras de eficiencia que se acometieron durante la parada técnica realizada en junio. Esta parada, al conllevar mejoras y ampliación de la capacidad, se prolongó 21 días, frente a los 12 habituales, lo que, según Ence, impactó negativamente en los resultados del trimestre dado que Navia produjo el 1% menos a causa de las obras. De no ser por esto, el conjunto de las fábricas (Pontevedra y Navia) hubiesen aumentado las ventas de celulosa el 3%. El conjunto de la facturación por ventas de celulosa, forestal y electricidad crecieron (sin contar Huelva) el 19% respecto a los tres primeros trimestres del año anterior, hasta los 416 millones de euros.