El grupo automovilístico Renault protagonizó ayer un histórico desplome en la Bolsa de París al dejarse hasta el 20 % de su valor ante el rumor de que la multinacional francesa podría incurrir en un fraude con las emisiones análogo al del fabricante alemán Volkswagen (VW). Renault logró limitar el castigo bursátil al 10,28 % al cierre, tras asegurar que no hay indicios que apunten a un fraude en sus vehículos.

Desde el Gobierno, la ministra de Ecología, Ségolène Royal, indicó que las pruebas de polución efectuadas en Francia tras el escándalo Volkswagen han constatado que Renault y otras marcas han sobrepasado las normas de emisiones de CO2 y de óxido de nitrógeno, pero afirmó que no se ha constatado fraude. Precisó también que ni Renault ni las otras marcas examinadas, salvo Volkswagen, utilizaron un programa de trucaje y añadió que los registros efectuados en diversos locales de la firma gala no se relacionan con esos exámenes.

La marca del rombo, que en 2014 comercializó 2,7 millones de vehículos y que es la segunda más vendida en Asturias, se derrumbó en la bolsa después de que el sindicato CGT informara de que agentes de la Dirección General de la Competencia investigan los departamentos de "homologación y puesta a punto de los controles del motor". Los agentes se incautaron de los ordenadores de algunos directivos.

Las sospechas sobre un escándalo parecido al de VW, en grandes dificultades después de que el pasado septiembre se descubriera que había trucado el software de cientos de miles de sus vehículos para rebajar los datos sobre sus emisiones contaminantes, hicieron temblar a los inversores. El grupo salió al paso asegurando que, si bien es cierto que está sometido a una investigación, no hay ningún indicio de prácticas fraudulentas, un mensaje con el que logró limitar sus pérdidas a la mitad. El grupo italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles también se dejó un 7,94% en la Bolsa de Milán, después de que se diera a conocer que dos concesionarios en Estados Unidos han demandado a la empresa por ofrecerles primas por manipular sus cifras de ventas.