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Las tendencias en la inversión de los hogares

Ahorradores en el laberinto de los tipos bajos

La escuálida rentabilidad de los depósitos mueve el dinero de los asturianos hacia los fondos de inversión, lastrados a su vez por las turbulencias en los mercados

Ahorradores en el laberinto de los tipos bajos

La "regla del 72" es un atajo matemático que permite que un inversor calcule cuánto tardaría en doblar su dinero a un interés anual determinado. Se divide 72 por la tasa de interés y el cociente es el número de años en que, por ejemplo, 6.000 euros de un depósito a plazo fijo se convertirían en 12.000. Con el rendimiento medio que ahora tienen los depósitos (el 0,24% para plazos superiores a dos años), un ahorrador necesitaría tres siglos para duplicar su capital. Así están la cosas en este tiempo de tipos oficiales a cero, rendimientos negativos en las letras de Tesoro y turbulencias bursátiles que jibarizan las rentabilidades de los fondos de inversión y los planes de pensiones.

Todo lo bueno que ese panorama de tipos ínfimos tiene para pagar la hipoteca lo tiene de hostil para el ahorro financiero, si bien la inflación negativa (-0,5% como media en 2015) está amortiguando el impacto de la escuálida rentabilidad del dinero. ¿Hacia dónde se está moviendo el ahorrador medio asturiano y con qué riesgos? Los datos y las opiniones recabadas certifican una tendencia hacia los fondos de inversión y una creciente contratación de planes individuales de pensiones (estimulada por los recortes en las prestaciones futuras que suponen las últimas reformas), aunque muchos hogares permanecen guarecidos en la seguridad de los depósitos a pesar de su magro rendimiento.

Fuga de plazos fijos. Los hogares y las empresas asturianas tienen 10.600 millones en depósitos a plazo, 2.500 millones menos que hace un año. Es una caída inédita que se explica por el desplazamiento de ahorro hacia otros productos en busca de mayor rentabilidad. La de los depósitos está hundida en una media del 0,39% anual (0,24% en los plazos son mayores) como consecuencia de la caída de tipos por la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y también de las limitaciones establecidas por el Banco de España. "El plazo fijo tradicional ha perdido atractivo y su baja remuneración puede agravarse; es previsible que este contexto de tipos de interés muy bajos perdure dos o tres años más", responde Roberto García Villaverde, director de banca patrimonial de Caja Rural de Asturias.

El dinero que ha salido de los plazos fijos se ha movido en varias direcciones. Una de ellas, la más conservadora, es la de las cuentas remuneradas, explica Alfredo Fernández Santos, director comercial de Sabadell-Herrero. Los bancos están pugnando por fidelizar a sus propios clientes y atraer a los de los competidores con cuentas corrientes que ofrecen, a cambio de domiciliar la nómina, descuentos en recibos, tarjetas sin comisiones e intereses del 3% anual en los saldos hasta cierto límite (10.000 euros, por ejemplo). Es un producto pensado para conseguir la vinculación del cliente a largo plazo y llegar a gestionar su ahorro, hacerle préstamos cuando compre casa, ofrecerle seguros...

Hacia el fondo. "Es una tendencia irreversible", dice Javier González de Herrero, director de banca privada de Liberbank, acerca del trasvase de ahorro que se está produciendo desde los depósitos hacia las participaciones en fondos de inversión (instituciones de inversión colectiva que colocan el dinero en acciones, en divisas, en deuda pública y corporativa...).

El patrimonio de los fondos se disparó casi el 40% en Asturias en 2014 (hasta superar los 4.000 millones, según la patronal Inverco), y en 2015 siguió creciendo, si bien últimamente esa expansión ha perdido fuerza. "Se ha ralentizado debido a la inestabilidad de los mercados financieros", apunta García Villaverde, de Caja Rural. La caída de la Bolsa y los bajos rendimientos de la renta fija hicieron que los fondos de inversión mobiliaria cerraran 2015 con un rendimiento medio del 0,99% y que llegó a ser negativo en los meses finales del año.

"Las correcciones en la Bolsa han sido excesivas; creemos que los fondos de inversión son los productos más adecuados para canalizar el ahorro de los clientes a medio y largo plazo", opina Javier González desde Liberbank. El Sabadell-Herrero también hace una apuesta firme por los fondos. "Aconsejamos que se invierta a un plazo de entre tres y cinco años", subraya Alfredo Fernández Santos. Y explica cómo el sector está procurando adaptar la oferta de vehículos de inversión colectiva a los perfiles conservadores, los más extendidos entre los ahorradores, con fondos garantizados (aseguran la recuperación del capital completo, aunque son los de menor rentabilidad) o con otras modalidades que permiten mover el capital de unos fondos a otros para optimizar los rendimientos aligerando los riesgos. Es una opción favorecida por el régimen fiscal de estos productos, que permiten trasvasar el dinero sin cargas entre fondos.

"El universo de los fondos es enorme; lo mejor para saber cuál e que se adapta a mi perfil de riesgo es consensuarlo con los profesionales", sugiere Javier González de Herrero. La recomendación de Roberto García Villaverde para un ahorrador modesto y conservador: "Diversifique una parte de su patrimonio hacia algún fondo de inversión mixto de renta fija y con un pequeño porcentaje de renta variable".

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