La caída del precio del petróleo ha tenido su principal víctima en las petroleras, que han anunciado el despido de miles de personas, reducción de dividendos y desinversiones. En el conjunto del año 2015, estas empresas ganaron cuatro veces menos y varias de ellas presentaron incluso pérdidas por encima de los 3.000 millones. La estadounidense Chevron ha anunciado la supresión de hasta 7.000 empleos, mientras que la adquisición de la británica BG por Shell se saldará con el despido de 10.000 personas.