En el País Vasco, los empresarios eligen a los alumnos de formación profesional (FP) dual entre los mejores estudiantes de los centros. En Asturias, las empresas sólo pueden seleccionar a jóvenes que ni estudian ni trabajan, los "ninis". Es una de las principales diferencias entre el modelo vasco de FP dual, considerado un referente en España, y el modelo piloto puesto en marcha en el Principado, que no convence a la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), que sostiene que "no es normal que los buenos estudiantes del FP se queden al margen del programa" y que lamenta que ya se han producido "problemas de deserciones entre los alumnos".
El Principado puso en marcha el pasado curso una experiencia piloto de FP dual en el sector del metal con 49 alumnos y una duración de tres años. El programa, que recuperó la figura del aprendiz, mezcla formación teórica en las aulas de los centros integrados de FP de Avilés, Langreo y Gijón, y formación práctica remunerada, con contrato, en los talleres de 15 empresas del sector del metal entre las que figuran Thyseenkrupp, grupo Daniel Alonso, Asturfeito, GAM o Daorje. El Gobierno asturiano financia el programa con fondos del Sistema Nacional de Garantía Juvenil que gestiona el Ministerio de Empleo, lo que limita la selección de los beneficiarios. Al estar vinculado el programa a la Garantía Juvenil, los alumnos tienen que ser a la fuerza jóvenes de entre 16 y 29 años que ni estudiaban ni trabajaban, los conocidos como "ninis".
El perfil de los beneficiarios aleja el modelo de FP dual asturiano del vasco, considerado el referente en España por sus resultados. En el actual curso, en el País Vasco hay cerca de 750 alumnos de FP dual que se forman en casi 500 empresas. Para acceder a la FP dual los alumnos deben superar todos los módulos del primer curso del ciclo formativo y ser preseleccionados por los centros en base a criterios objetivos como el rendimiento escolar, la asistencia y las competencias personales. Superados esos filtros, el alumno se convierte en candidato. "La selección final del aprendiz la realizan las empresas a partir de los candidatos preseleccionados por los centros, un factor muy importante que fue demandado por las empresas, que son quienes contratan", señaló Asier Aloria, director de Formación de la patronal vasca Confebask y ex presidente del Consejo Social de la Universidad del País Vasco, que destaca que la colaboración entre los centros de formación y las empresas es constante y se inicia con la planificación del programa formativo ajustado a las demandas de las compañías.
Los contratos
En el caso vasco, la FP dual comienza realmente en el segundo curso del ciclo formativo y según las necesidades de las empresas puede tener uno o dos años de duración (más el primer curso ordinario exclusivamente en el centro de formación). Los beneficiarios firman un contrato de formación y aprendizaje (que en casos excepcionales puede sustituirse por una beca) y son las empresas quienes pagan el salario. La empresa consigue la preparación de la persona adecuada al puesto de trabajo, una reducción de hasta el 100% de las cuotas empresariales de cotización y una subvención de 2.000 euros por alumno y curso que gestiona el Servicio Vasco de Empleo (Lanbide), que está destinada a financiar los gastos de tutoría y que procede de los presupuestos del Gobierno vasco. Al tratarse de fondos propios, no hay límites que afecten a los beneficiarios como ocurre en el caso asturiano.
No obstante, la continuidad de la subvención del Gobierno vasco está en entredicho ante los planes de expansión del modelo de la FP dual, denominado Hezibi. "El Gobierno vasco pretende alcanzar en 2020 los 7.000 aprendices y las 5.000 empresas, lo que hará inviable el pago de la subvención", apuntó Asier Aloria, que añadió que "como alternativa se están barajando beneficios fiscales a las empresas".
Según los estudios de evaluación, el 95% de las empresas que participan en la FP dual vasca tienen intención de repetir y el 91% de los alumnos están satisfechos con las labores que realizaron en las empresas. En el País Vasco, los indices de inserción laboral de todos los tipos de FP superan el 70%.
