El consumo eléctrico en los hogares asturianos cayó el 18% en el inicio del año debido a las altas temperaturas. En enero, los termómetros llegaron a superar los 25 grados en la región, con lo que las estufas permanecieron apagadas en pleno invierno y el consumo doméstico de electricidad se desplomó.
Asturias llegó a ser la comunidad más cálida de la Península en días como el 24 de enero, cuando en la estación medidora de Bargaedo, en Piloña, se alcanzaron 25,5 grados y en Oviedo 23,7 grados, que fue la temperatura máxima registrada en la capital asturiana en esa época del año al menos desde 1972 -casi dos grados por encima de los 22 grados del anterior registro, el del 18 de enero de 2007-. Fue uno de los días más calurosos de este invierno extraño en el que el frío no ha llegado hasta el mes de febrero y en el que hasta las tiendas han notado un descenso de las ventas de ropas de abrigo.
En enero las calefacciones apenas se encendieron en la región y eso provocó una fuerte caída del consumo eléctrico. Según los datos que maneja la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei) a partir de la información remitida por las empresas distribuidoras de energía, en el primer mes del año el consumo de energía eléctrica en Asturias se cifró en 768.695 MWh, un 4,2% inferior al del mismo mes del año anterior. Sin embargo, el consumo industrial apenas varió (la diferencia fue de -0,9%) en el mismo periodo. La caída se concentró en el consumo doméstico, donde el descenso fue del 18,1% al pasar de 156.177 MWh en enero de 2015 a 127.897 MWh en el mismo mes de 2016.
Por su parte, el consumo en enero de gas natural en Asturias también se redujo un 8,1% respecto al registrado hace un año, aunque en este caso Sadei no diferencia entre el consumo industrial y el doméstico.
Las caídas de consumo energético en enero contrastan con las subidas registradas en el conjunto de 2015. En el caso de la electricidad el aumento fue del 0,9%, hasta 9.457.069 MWh vinculado en buena parte a la recuperación económica.
