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A la conquista de mercados insólitos

La firma gijonesa Mimuso fabrica muebles personalizados para mascotas - y la ovetense Cima Coppi elabora maillots para ciclistas con lana merina

Patricia López y Laurence Silcox, con uno de sus maillots, en su taller de la Argañosa.

Ante un mercado cada vez más globalizado, el ingenio empresarial se agudiza para buscar clientes entre grupos sociales unidos por los mismos gustos o aficiones. Son minorías muy numerosas a las que no les importa gastarse el dinero en lo que les gusta. Uno de esos mercados lo explora la gijonesa Mimuso, que fabrica muebles personalizados y a medida para mascotas. No les falta ningún detalle. Tienen cama para que el animal descanse, un cajón para dejar sus cosas y un pequeño armario donde el dueño puede colgar los abrigos. Su objetivo es llegar a ese público que tiene a su perrito casi como si fuera un hijo, un cliente urbanita y con dinero. En una estrategia similar está la ovetense Cima Coppi, con sus miras comerciales puestas en los ciclistas. Fabrica ropa para estos deportistas con lana de oveja merina y sus promotores acaban de trasladar su taller de Canadá a la capital asturiana. En un local de la Argañosa tejen diseños destinados a un público también exclusivo.

El derrumbe del negocio de la construcción fue el detonante para que Belén Rodríguez de Alba y su antigua compañera de Facultad Natalia Rodríguez, ambas arquitectas de profesión, se decidieran a poner en marcha una idea que a la segunda llevaba ya un tiempo rondándole la cabeza: hacer muebles para mascotas. Comenzaron por diseñarlos, luego testaron el producto y el resultado de las pruebas, señala Belén Rodríguez, "fue sorprendente". Gustó tanto a los usuarios, los perros, como a los potenciales clientes, sus dueños.

Con la ayuda de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) y de Oviedo Emprende han conseguido darle forma a aquella idea y transformarla en un negocio que, pese a su juventud, está creciendo como la espuma. "Es un mercado con un potencial enorme", señala. Hace unos meses entró en la compañía un nuevo miembro, Jairo Rodríguez de Alba, para hacer las labores comerciales, buscar potenciales clientes y distribuidores. "Una de las claves de los muebles es la personalización, porque buscamos un público muy determinado, que quiera, por ejemplo, que en la madera esté el nombre de su mascota", explica.

En España hay censados cinco millones de perros, la gran mayoría en zonas urbanas. Buena parte de ellos son propiedad de dueños que los tratan como una parte más de la familia y que en muchos casos no tienen miramientos a la hora de gastarse dinero en ellos. Es ese mercado al que quiere llegar Mimuso. Pero la compañía también quiere abrir otras líneas de negocio, como el diseño de muebles para hoteles que acepten perros y el de espacios exteriores en parques para mascotas.

Diferente mercado busca Cima Coppi. En el último año, los promotores de la empresa, el canadiense Laurence Silcox y Patricia López, originaria de Allande, han recorrido montados en sus bicis las principales mecas del ciclismo regional a la vez que entre costuras ponían en marcha su negocio. Su afición por las dos ruedas ha llevado a esta pareja a fijar en el Principado su taller de ropa para ciclistas, fabricada a medida y exclusivamente con lana de calidad merina. Es un negocio que hasta ahora tenían en Vancouver (Canadá) y que, tras una mudanza de más de ocho mil kilómetros, está ahora en el barrio ovetense de la Argañosa. "Siempre habíamos querido venir a vivir a España, nos gusta mucho esta zona, era una oportunidad para crecer en la empresa", relata Patricia López en la oficina de su nuevo taller de costura.

Desde el pasillo, Silcox añade que la comida también fue determinante para su decisión, mientras coloca varios cuadros con fotos de sus excursiones por las montañas asturianas. Ellos se lo guisan y se lo cosen. Entre los dos hacen todo el diseño de la ropa y la fabrican. Por el momento son los únicos empleados, aunque piensan en hacer nuevas incorporaciones para desatascar el trabajo que se acumula en la mesa de costura. Cada año venden más de seiscientos maillots, además de gorras y sudaderas, todo a través de internet y casi todo también para el mercado extranjero. Sus clientes son bastante exclusivos, buscan unas calidades de ropa más elevadas y personalizadas. "Combinamos lo retro con lo moderno", aclara López.

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