El historiador Germán Ojeda y el director del Museo del Ferrocarril de Gijón, Javier Fernández, sostienen que los primeros raíles fabricados en España a escala industrial salieron de los talleres de Duro Felguera en Langreo. Fue un encargo realizado en 1867 por la compañía del Noroeste para la línea férrea entre León y Gijón. Han pasado casi 150 años y la industria asturiana no se ha bajado del tren. Además tiene en marcha inversiones de más de 38 millones de euros para aprovechar el nuevo acelerón en el sector.
Mafex, la asociación que representa a la industria ferroviaria española, destaca que en 2015 se produjo "un repunte" en la actividad del sector que se mantendrá en 2016. Apunta que este año el ferrocarril vuelve a ser el modo de transporte que más inversión en infraestructuras recibirá dentro del presupuesto del Ministerio de Fomento -54% del total- lo que ofrece, "tras unos años muy complejos para la economía nacional, una visión a futuro esperanzadora para las empresas del sector". No obstante, esta asociación presidida por Víctor Ruiz, director comercial del sector carril de Arcelor-Mittal, añade que las esperanzas están puestas "especialmente a nivel internacional".
Según los estudios que maneja la patronal, el crecimiento del sector a nivel mundial será del 2,7% anual durante los próximos ejercicios, ascendiendo el volumen total del mercado a 176.000 millones de euros anuales entre 2017 y 2019. "El crecimiento demográfico mundial, la cada vez mayor urbanización de los distintos países, el aumento de demanda de movilidad de las personas y las mercancías, aspectos medioambientales, el cambio climático y los procesos de liberalización del sector son aspectos que favorecen la elección del modo ferroviario como alternativa para muchos países", apuntan desde Mafex.
Para aprovechar las oportunidades en el mercado nacional, pero sobre todo en el internacional, las empresas asturianas del sector están abriendo nuevas vías.
Duro Felguera, pionero en la fabricación de raíles en España, sigue en el negocio ferroviario pero centrado, a través de su filial Felguera Raíl, en la producción de cruzamientos y aparatos de vías. La compañía ha concentrado su actividad ferroviaria en la factoría del polígono de Fábrica de Mieres, que se ha reforzado con una fundición. Fuentes de Duro señalaron que esta primavera se inaugurará el nuevo horno -que ya está en pruebas- tras invertir casi 14 millones. Con la fundición podrán realizarse en Mieres todas las fases de producción y montaje de cruzamientos. Las instalaciones de Felguera Raíl son las únicas adecuadas en España, junto con las del Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), para la soldadura de cruzamientos de vías de 200 metros de longitud con destino a la alta velocidad ferroviaria.
Quien sí sigue fabricando raíles en Asturias es Arcelor-Mittal y además tiene en marcha una inversión de 24 millones para ampliar el tren de carril de Gijón y poder fabricar productos de cabeza endurecida de hasta 108 metros de longitud -actualmente el máximo es de 90 metros- que situarán a la fábrica asturiana en una posición de ventaja en el mercado mundial de vías del alta velocidad. La obra comenzó durante la parada de la pasada Navidad y se completará, según fuentes de la multinacional siderúrgica, en la parada del próximo verano.
Arcelor ha suministrado desde Gijón buena parte de los raíles con los que se ha extendido la red de AVE en España, pero otras empresas asturianas también han contribuido a la creación de esa tupida red. Es el caso de la constructora Coprosa, que acaba de concluir en Orense la perforación del túnel de O Corno de la línea de AVE entre Madrid y Galicia. La estructura subterránea, con 8.583 metros de longitud excavados en avance siguiendo el denominado "nuevo método austriaco", es la más larga del tramo Zamora-Orense, según destacaron fuentes de Coprosa.
Junto a infraestructuras y superestructuras ferroviarias, las empresas asturianas también fabrican material móvil. Indemesa está atendiendo dos pedidos de más de mil vagones para el transporte de mercancías y vehículos encargados por el grupo de inversión Quantum Capital Partners AG de Munich (Alemania). Para abordar el encargo, Indemesa invirtió más de 213.000 euros en unas nuevas instalaciones industriales en Avilés que se suman a las de Gijón.
El AVE del desierto
En el campo del material móvil ferroviario también ha entrado la empresa castropolense Maquinaria del Eo-Uromac, que está fabricando vehículos bimodales, que pueden circular por las vías de tren y las carreteras, y que se utilizan para labores de mantenimiento y rescate. La empresa ha sido seleccionada para suministrar los vehículos de rescate en el emblemático proyecto del "AVE del desierto", que ejecuta en Arabia Saudí un consorcio español en el que participan Renfe o Talgo.
Asturias también cuenta con empresas históricas en el sector ferroviario como Talleres Alegría, nacida en 1900 y que se dedica en sus factorías de Gijón, Carreño y Llanera a la fabricación y mantenimiento de material fijo de vía (agujas, desvíos, escapes, toperas, encarriladoras de puente...), material móvil autopropulsado (vehículos auxiliares de mantenimiento de infraestructura como locotractores o minitrenes), material móvil remolcado (vagones de mercancías, convencionales y cisternas) y puentes metálicos.
Además, hay otras compañías del Principado con presencia internacional, como Hierros y Carbones (Hicasa), con sede el Llanera, que tiene un papel destacado en el campo de la fabricación, transformación y comercialización de carriles y de materiales de vía; o ITK Ingeniería, con sede en Gijón, que se centra en el desarrollo, suministro y montaje de instalaciones y equipos para el ferrocarril; o Talleres Zitrón, que fabrica en Gijón sistemas de ventilación para túneles ferroviarios y metros. Y potentes empresas nacionales, como el grupo Ortiz, tienen filiales ferroviarias en Asturias, como es el caso de Icma Proakis, con sede en Mieres y dedicada a la construcción y mantenimiento de infraestructuras.
Todas estas compañías no quieren dejar pasar el tren del crecimiento del sector, que genera oportunidades de negocio a otras compañías que van a remolque. Con nuevas líneas hay nuevas estaciones y en muchas de ellas escaleras mecánicas y pasillos rodantes como los que diseña y fabrica Thyssenkrupp en sus factorías de Gijón y Mieres.
