La Reserva Federal estadounidense (FED, por sus siglas en inglés) decidió ayer aplazar una posible subida de los tipos de interés y los dejó en un rango comprendido entre el 0,25% y el 0,50%. Las turbulencias en los mercados por el referéndum británico sobre la salida de la Unión Europea ("Brexit") y la expectativa de una ralentización del crecimiento económico movieron a la Reserva Federal a postergar de nuevo la estrategia de subida de tipos que puso en marcha a fines de 2015.

Janet Yellen, presidenta de la FED, aseguró que la incertidumbre generada por el riesgo de "Brexit" influyó de manera determinante en la postura del banco central estadounidense. "Fue uno de los factores para tomar la decisión. (El "Brexit") podría suponer importantes consecuencias para los mercados financieros", dijo Yellen.

Influyó el "Brexit", pero también el tono de la economía. La propia Reserva Federal ha rebajado dos décimas sus previsiones de crecimiento del PIB estadounidense para 2016, hasta el 2%, y una décima para 2017, también hasta el 2%. La FED destacó en un comunicado que el mercado laboral estadounidense ha ralentizado su mejoría desde el pasado mes de abril, en referencia al dato de creación de empleo correspondiente a junio (el peor de los últimos seis años), cuando se crearon 38.000 nuevos puestos de trabajo.

La decisión coincide con lo esperado por mercados y analistas financieros, que apuntan a que será en julio cuando la economía estadounidense deba enfrentarse a una posibilidad real de endurecer su política monetaria. No obstante, la posible subida de tipos dependerá de los próximos datos macroeconómicos y no se descarta que la decisión se aplace de nuevo hasta diciembre.

Las bolsas se dieron ayer un respiro después de cinco jornadas en pérdidas por las turbulencias derivadas del "Brexit". El Ibex 35 español rebotó el 1,53%, liderando las ganancias en Europa. Coincidió después de que se supiera que el Banco Central Europeo (BCE) tiene preparado un plan de contingencia para el supuesto de un "sí" británico a la salida de la UE. Se trata de programa coordinado con el Banco de Inglaterra para regar los mercados con liquidez extra y sujetar el sistema financiero.