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Un millar de jefes y oficinistas de Arcelor, en pie de guerra por la congelación de salarios

El personal fuera de convenio de la siderúrgica prepara protestas al quedar excluido de las mejoras pactadas por los sindicatos

Los jefes de turno, mandos intermedios o administrativos de Arcelor-Mittal en Asturias están hartos de la política de recortes que dicta la dirección de la multinacional desde Luxemburgo. Este personal, clasificado como "fuera de convenio" (su nómina y sus horarios están negociados de forma individualizada, al margen del convenio colectivo) y que en la región está formado por un millar de trabajadores, quiere iniciar una campaña de protestas para mostrar su malestar después de que la compañía decidiera congelarles este año la parte fija del sueldo. El primer paso para demostrar su descontento será una concentración que se celebrará el día 1 de julio frente a las instalaciones de Trasona, en Avilés. La protesta tendrá lugar entre las 13.30 y las 14.30 horas.

El resto de trabajadores de la multinacional en Asturias, los que están acogidos al convenio colectivo, sí que han mejorado sus condiciones salariales durante este año. Aunque al ralentí. Sus nóminas subirán un 0,5% este 2016, un 1% para el próximo y un 1,5% para 2017. Pero, según señalaron ayer fuentes sindicales, para los que no están dentro de este acuerdo la orden que se ha dado desde la dirección de la siderúrgica es congelar los sueldos. Esto, unido a los recortes que se han producido durante los últimos años, está dando como resultado que algunos obreros ya cobren más que sus jefes, destacaron las centrales. "Hay bastante descontento porque las condiciones laborales que tienen algunos de ellos son ya peores que las del personal que tienen bajo su mando", explicó el portavoz de CC OO, José Manuel Castro.

Durante los últimos años, estos trabajadores habían logrado evitar los ajustes que implicaron las "variabilizaciones salariales" (consistentes en ligar una parte de las nóminas a los resultados de la planta) que se aplicaron al resto del personal hasta este año, pero sí que han sufrido otros tijeretazos. Las nóminas de este personal tienen dos partes: una fija que la compañía congelará ahora y otra variable en función de una serie de objetivos. El mandato de la dirección de Arcelor era que todo el personal fuera de convenio en Europa no tuviera ninguna mejora salarial. Aunque, puntualizaron las centrales, aguas abajo la medida fue complicada de cumplir. En la mayoría de los países la legislación local puso freno a los planes de la cúpula, con lo que sólo acabó aplicándose para los empleados de las plantas españolas y turcas.

Tal es el deterioro de las condiciones laborales de este personal, según denuncian los sindicatos, que los comités de empresa han decidido llevar a la compañía ante la Inspección de Trabajo después de que se negara a facilitar información sobre circunstancias como las horas extra que se realizan o los contratos de fuera de convenio que se están llevando a cabo últimamente.

Ante el hartazgo de este personal, el colectivo celebró hace unos días una asamblea en las instalaciones que la empresa tiene en La Toba (Avilés), donde se reunieron más de un centenar de estos mandos intermedios que mostraron su malestar por las últimas decisiones de la compañía y acordaron iniciar una serie de movilizaciones que comenzarán el viernes 1 de julio. Entre los presentes había muchos jefes de mantenimiento y de importantes departamentos de la multinacional en Asturias. "La concentración del viernes será la primera medida de presión que quiere manifestar este colectivo, que está bastante descontento con la política retributiva de la multinacional", aseguró el portavoz de UGT, Sergio Díaz. Se trata, añadió el sindicalista, de un personal muy heterogéneo y con unas preocupaciones de lo más diversas.

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