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Arcelor parará en octubre la acería de Avilés para abordar su modernización

La multinacional programa para el mismo mes las mejoras en los hornos altos y en agosto acometerá el grueso de las reformas del tren de carril

El interior de la acería de Avilés. IRMA COLLÍN

El plan de inversiones de más de 200 millones de euros que el gigante siderúrgico Arcelor-Mittal tiene para sus plantas asturianas va tomando cuerpo. Una vez adjudicado el proyecto de reconstrucción de las baterías de coque de Gijón a la luxemburguesa Paul Wurth, la compañía trabaja en varios frentes para modernizar sus talleres. La multinacional ya tiene programado parar todo el mes de octubre la actividad en la acería LD-III de Avilés para su ampliación. Unos trabajos que costarán unos 70 millones y que serán capitales para, aguas abajo, ampliar la capacidad de producción del resto de instalaciones y modernizar el tipo de productos que se fabrican.

Al tiempo que se sustituye una de las dos máquinas de colada de Avilés -la nueva será de molde vertical para diversificar la producción de chapa gruesa ("slabs") y conquistar nuevos mercados como el petroquímico o el de las energías renovables marinas ("off shore")- la empresa aprovechará para realizar mejoras en el corazón industrial de la región, los dos hornos altos de Gijón. Uno parará durante los primeros quince días de octubre y el otro lo hará en la segunda quincena para cambiarles su sistema de refrigeración -conocidos como "staves"- una de las partes que sufren un mayor desgaste por el uso.

"El avance de los trabajos es imparable", aseguraba ayer un sindicalista. De hecho, en el corazón de la acería avilesina ya es visible una enorme grúa, que acaba de instalarse y que servirá como complemento a la nueva máquina de colada que se va a instalar durante el mes de octubre.

De forma más inmediata, la siderúrgica tiene previsto aprovechar la parada de vacaciones programada para el tren de carril -a partir de mediados de agosto- para modernizar también esta instalación. La previsión es que el próximo mes se sustituyan las tres cajas principales de laminación y se instale un nuevo sistema de enfriamiento. El objetivo es conseguir producir unas vías de tren de una mayor calidad para poder competir en una posición más ventajosa en el pujante mercado ferroviario. Para el verano del año que viene quedará el resto de los trabajos, que consistirán en adecuar las instalaciones para poder fabricar carril de una mayor longitud, de hasta 108 metros (actualmente el máximo son 90 metros). Con lo que durante los próximos doce meses se estarán haciendo pruebas continuas para evaluar la calidad de las vías, señalaron desde la empresa.

A principios de año, Arcelor ya completó las obras para las mejoras energéticas del tren de alambrón de Gijón, con la instalación de un sistema que aprovecha los gases residuales de los hornos de Veriña para calentar esta instalación, y montó una nueva máquina de ultrasonidos para detectar posibles defectos en las piezas que salen del tren de chapa gruesa gijonés. Fue el pistoletazo de salida a este plan de inversiones que suma más de 200 millones de euros, la mitad para la reconstrucción de las baterías gijonesas que arrancará a finales del presente año.

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