Marcos López, jefe del área forestal de la planta de Ence en Navia, no sospechó ni por un segundo que desde el día en que fue elegido como delegado sindical, el pasado 6 de mayo, iba a tener dos sombras que le iban a seguir día y noche. Una, la de un detective privado que vigilaba de cerca las horas que trabajaba, cuándo hacía la compra o cuándo sacaba al perro. Y la otra, la de un pequeño dispositivo de geolocalización (GPS) que llevaba adherido a su coche de empresa para controlar sus movimientos. Ambos fueron instalados por la papelera con el objetivo de saber si el empleado estaba cumpliendo con las horas de trabajo, y han servido a la compañía para justificar la apertura de un expediente sancionador por lo que considera "faltas muy graves". Unos incumplimientos de horarios que el sindicalista niega tajantemente y que, incluso, han detonado la convocatoria de tres días de huelga en las plantas españolas de la empresa (excepto en la de Pontevedra) en protesta por una medida que los sindicatos juzgan "desproporcionada".

Este mando intermedio de la compañía naviega tiene firmado en su contrato que debe cumplir 1.720 horas de trabajo al año. Pero no tiene ni hora de entrada ni de salida. "Hay años en los que trabaja 300 horas por encima de lo que tiene estipulado", defiende el presidente del comité de empresa, Javier Rodríguez. Pero la papelera no lo ve así. A través de un comunicado asegura que "la flexibilidad horaria permite ajusta la entrada y salida al trabajo para conciliar la vida familiar y profesional, pero cumpliendo con un número de horas fijadas en el calendario laboral. Lo que no se puede hacer es no ir a trabajar reiteradamente día tras día, como ha demostrado la investigación". Los sindicalistas dicen que se trata de una persecución y critican la actitud "intransigente y provocadora" de la compañía. "La empresa comenzó alegando que había una queja externa y que a raíz de eso decidió hacer un seguimiento a través de un GPS y un detective privado, pero no recibí ninguna notificación de que eso fuera a suceder", sostiene López. Y dice tener la conciencia muy tranquila y haber cumplido con todos los objetivos de productividad que tenía fijados. Su función es supervisar el aprovechamiento forestal de los montes, lo que le obliga a estar siempre en movimiento entre arboledas y de reunión en reunión.

En junio, un mes después de que se iniciara el seguimiento, la empresa le abrió lo que se conoce un expediente contradictorio en el que proponía suspenderlo 30 días de empleo y sueldo. "No se aplicó la sanción máxima que se contempla para este tipo de faltas, que es el despido", puntualiza la compañía. Y le mostró algunas fotos, realizadas por el detective, en las que se le ve haciendo la compra o sacando al perro, mientras que atiende una llamada laboral al móvil, explica. Pero López sostiene que "casualmente las jornadas en las que hago doce o más horas de trabajo no están en el expediente".

El comité de empresa denuncia que se trata de una clara persecución sindical, ya que en una asamblea, días antes de ser elegido como delegado, López había expuesto algunos de los problemas que sufre la plantilla, señala Rodríguez. La empresa, por su parte, apunta que "el expediente no es una persecución sindical, sino que es una medida imprescindible para corregir un grave incumplimiento de las obligaciones laborales, que también se aplican a los representantes de los trabajadores, y cuya función no es motivo para ausentarse reiteradamente del puesto de trabajo para realizar actividades privadas, máxime cuando se es jefe y con un equipo de colaboradores a su cargo". La plantilla de Ence está llamada ahora a tres jornadas de huelga, entre los días 9 y 11.