Unos doscientos empleados de Mecalux (antigua Esmena) en Gijón, la mitad de la plantilla, debería tener durante las próximas fiestas polvorones, mazapanes, turrones y champán como para celebrar cuatro Navidades. Por orden del Tribunal Supremo, la compañía debe restituir a los trabajadores las cestas de Navidad que llevan sin recibir desde el año 2013, cuando la dirección decidió eliminar este obsequio para su personal administrativo y técnico, como una medida para ahorrar en el contexto de la crisis. Sobre el papel, los trabajadores tienen derecho este diciembre a cuatro cestas (las del período 2013-2015, más la de este año).

Muy molestos por cómo se había cortado una tradición que se había extendido durante los más de 40 años de historia de la empresa, los trabajadores decidieron emprender una batalla judicial que ha durado cuatro Navidades y de la que han salido victoriosos. El Supremo entiende que el reparto de la cesta era un derecho adquirido, ya que se había venido entregando a toda la plantilla y de forma continuada durante años. Todos esos ingredientes, entiende el alto tribunal, hicieron que la cesta se hubiera convertido en un derecho que no podía arrebatarse así como así a los trabajadores.

El responsable de política industrial de CC OO en Asturias, Manuel Pérez Uría, asegura que los problemas con las cestas navideñas comenzaron cuando la catalana Mecalux engulló a la asturiana Esmena. La dirección del grupo, dedicado a la fabricación y comercialización de sistemas de almacenaje, decidió eliminar el reparto de turrones, polvorones o champán entre aquel personal que estuviera fuera del convenio de empresa de su planta gijonesa. Fuera del reparto de estas cestas, valoradas en unos 66 euros cada una, se quedaron unos doscientos trabajadores, los pertenecientes a los departamentos técnico y administrativo, cuyas condiciones laborales estaban reguladas por un convenio distinto, el del metal. En cambio, la otra mitad de la plantilla, el personal del taller, siguió recibiendo el surtido navideño con absoluta normalidad.

El primer recorte llegó ya en 2012, nada más que Mecalux puso pie en Gijón, cuando los técnicos y administrativos recibieron una cesta de Navidad que había adelgazado bastante en comparación con la de otras fiestas. "Faltaban muchos productos", asegura Pérez Uría. Pero la cosa fue a peor. Al año siguiente, ya no había rastro de los turrones. "Cuando el grupo llegó aquí se comprometió a mantener todos los derechos de los trabajadores", asegura el sindicalista. A cambio de anular el reparto de productos navideños, la compañía ofreció a los empleados afectados un día extra de descanso a disfrutar o reducciones de jornada en las fechas próximas a las Navidades. Pero a la plantilla no les gustó el menú. "Nunca aceptaron ninguna contraoferta, ellos querían seguir recibiendo las cestas como había ocurrido los últimos cuarenta años", apunta Uría.

La abogada de CC OO en Asturias Nuria Fernández Martínez formuló la demanda en 2013 ante el Juzgado de lo social número 3 de Gijón. El juez de primera instancia dio la razón a los trabajadores, pero el grupo industrial recurrió la sentencia y el asuntó llegó hasta el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), que falló a favor de la compañía.

En este tira y afloja judicial, CC OO, que tiene once de los doce puestos del comité de empresa, decidió agotar la última bala y llevar el asunto hasta el Tribunal Supremo. El tiro les salió bien a los trabajadores. Los magistrados aseguran en su sentencia de abril de este año que "el hecho de que Esmena se fusionara con Mecalux no altera la naturaleza del beneficio (en alusión a las cestas), ni permite que pueda suprimirse de forma unilateral, se han de respetar las condiciones de las que disfrutaban los trabajadores".

Sin embargo, y pese a que la sentencia del Supremo tiene fecha del pasado 21 de abril, aún no hay rastro de las cestas de estos últimos tres años. Serían unas seiscientas, tres por cada empleado, a las que habrá que añadir las de este año, que se entregan en Nochevieja. CC OO aseguró ayer que la orden judicial está siendo "incumplida por parte de Mecalux" y anunció que ya se ha pedido la ejecución de la sentencia para que se entreguen a los trabajadores los productos navideños.

Aunque la crisis ha obligado a muchas empresas a meter tijera en este tipo de regalos, el sindicato asegura que no se tiene constancia de que haya habido ningún caso similar en otras empresas de la región. Aun así, la sentencia del Supremo es las que crea doctrina para evitar que otras compañías le metan mano al turrón.