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La pervivencia de las desigualdades de género

Dos mil asturianas dejan su empleo cada año para cuidar a sus hijos o a mayores

La cifra de hombres que aparcan el trabajo para atender a algún miembro de la familia no es ni apreciable para las estadísticas

Dos mil asturianas dejan su empleo cada año para cuidar a sus hijos o a mayores

El cuidado de hijos, mayores, enfermos y discapacitados en el seno de las familias asturianas sigue en manos de las mujeres y sólo ellas renuncian a un puesto de trabajo para dedicarse a esa atención, según destacan las encuestas del Instituto Nacional de Estadística (INE). Es un rotundo signo de desigualdad en las tareas familiares.

Durante la última década, una media anual de más de 2.000 asturianas han dejado un puesto de trabajo para dedicarse al cuidado de niños, adultos enfermos, incapacitados o mayores, según los datos de las variables de submuestra de la Encuesta de Población Activa (EPA), difundidos recientemente por el INE. Esas mujeres han pasado a engrosar las abultadas cifras de población inactiva de Asturias, formada por las personas que ni tienen trabajo remunerado ni lo buscan de forma activa.

Por su parte, el número de hombres que dejan su empleo en Asturias para dedicarse al cuidado de familiares es tan pequeño que ni los técnicos que elaboran la EPA se atreven a estimar la cifra a partir de las entrevistas que realizan en la región.

Esta desigualdad en las tareas de cuidado de la familia es uno de los factores que explica la brecha de género en las tasas de actividad en Asturias, que es de casi nueve puntos desfavorable para las mujeres. El 47,39% de las asturianas de 16 o más años trabaja o busca empleo, frente a la tasa del 56,43% de los hombres, según los datos de la EPA de 2016.

El estudio "Las mujeres en el mercado laboral asturiano" correspondiente a 2016, elaborado por la Secretaría de la Mujer del sindicato Comisiones Obreras (CC OO) de Asturias, destaca que en el tramo de edades de mayor actividad laboral, el que va de los 25 a los 54 años, aparecen como inactivos 40.000 mujeres frente a 25.500 hombres. "En el caso de ellos, la principal causa de que no participen en el mercado laboral es encontrarse incapacitados para trabajar; en cambio el grueso de las mujeres inactivas de estas edades se dedica en exclusiva a las tareas domésticas y de atención a la familia, un trabajo que resulta invisible, carece de remuneración y está devaluado socialmente pese a tener una importancia capital, pues es absolutamente imprescindible para el funcionamiento de la sociedad", destaca el estudio de CC OO de Asturias.

En muchos casos esas mujeres inactivas nunca se han incorporado al mercado laboral, pero en otros casos lo han abandonado temporal o definitivamente ante las dificultades de compaginar el trabajo y las tareas familiares. Ahí se incluyen las 2.000 asturianas que, de media al año, renuncian a un empleo para dedicarse al cuidado de niños, adultos enfermos, incapacitados o mayores. Es la media registrada en la última década, si bien es cierto que en los últimos años la cifra ha bajado de forma notable. El pico, de 4.900 mujeres, se produjo en 2009, cuando aún estaba reciente la entrada en vigor de la conocida popularmente como Ley de Dependencia - que incluyó por primera vez ayudas económicas para el figura del familiar-cuidador-, y la crisis comenzaba a apretar. Familias que tenían a sus mayores en centros geriátricos, ante las dificultades para mantener ese gasto, volvieron a alojarlos en casa y de ellos se encargaron, en casi todos los casos, mujeres que podían percibir la ayuda. Con los recortes en las prestaciones de la Ley de Dependencia y la mejora de la situación económica, las cifras de mujeres que renuncian a un empleo para dedicarse al cuidado de familiares han ido bajando. En 2014 fueron 1.600, en 2015 un total de 1.100 y el pasado año 300, según la EPA.

No obstante, las diferencias con respecto a los hombres siguen siendo abismales. "La pervivencia de los roles de género, que atribuyen a las mujeres este tipo de responsabilidades, y las peores remuneraciones de los puestos que ocupan, hacen que sean ellas las que mayoritariamente renuncien al empleo", señala el estudio de CC OO de Asturias, que añade que "por eso, la permanencia en el hogar no puede considerarse, en general, una decisión totalmente libre y voluntaria, sino condicionada por las circunstancias. Y tiene consecuencias importantes, entre otras la disponibilidad de menores ingresos propios en el presente y en caso de ruptura matrimonial, viudedad o jubilación".

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