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Gas Natural clausura Anllares, prolonga la vida de La Robla y deja en el aire la de Narcea

La compañía despeja el futuro de las instalaciones leonesas, pero aún no ha decidido si invertirá en la térmica asturiana para que no cierre en 2020

Gas Natural clausura Anllares, prolonga la vida de La Robla y deja en el aire la de Narcea

Gas Natural Fenosa despejó ayer el futuro de sus dos centrales térmicas de carbón en León. Cerrará la de Anllares, participada también por Endesa, e invertirá en medidas medioambientales en la de La Robla para ampliar su vida más allá de 2020. Mientras tanto, la continuidad de su central asturiana, la de Narcea, sigue en el aire. Fuentes de la compañía eléctrica señalaron ayer que aún disponen de plazo hasta junio de 2020 para acometer en las instalaciones de Soto de la Barca las inversiones de adaptación a la Directiva de Emisiones Industriales (DEI) y que hasta el momento no se ha tomado una decisión.

Gas Natural Fenosa clausuró el pasado año el grupo 1 de Narcea, el más antiguo, mientras que el 2 y el 3 están acogidos al plan nacional transitorio de emisiones contaminantes, lo que les permitirá operar hasta 2020. "El grupo 3 de la central de Narcea ya dispone de una planta de desulfuración, construida en 2008, que le permite cumplir con el límite de emisión de SO2 (dióxido de azufre) establecido en la nueva directiva. Gas Natural Fenosa está estudiando ahora las diferentes alternativas para la adaptación a la directiva en materia de NOx (óxidos de nitrógeno), sin que hasta el momento se haya tomado una decisión al respecto", señalaron fuentes de la compañía.

La indecisión en Asturias contrasta con el plan cerrado para las térmicas de carbón de León. Gas Natural mantendrá operativa la térmica de La Robla "con una fuerte inversión" para desnitrificar las emisiones del grupo 2 de la central con el objetivo de extender su vida más allá de 2020. Por contra, Gas Natural y Endesa presentaron el pasado 25 de mayo una solicitud ante el Ministerio de Energía para el cese paulatino de la actividad de la central térmica de Anllares hasta 2019. Esta central, situada en Páramo del Sil, acumula 35 años de operación y carece de sistemas de desulfuración y desnitrificación. Tiene 77 trabajadores, de los cuales la tercera parte serán reubicados en el grupo y el resto podrán acogerse a un plan de prejubilaciones y bajas incentivadas.

El cierre de Anllares se suma al anunciado por Endesa para las térmicas de Compostilla, en León, y Teruel. Todas consumen carbón nacional.

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