El sindicato asturiano de UGT ha renunciado a desprenderse de su sede regional mediante una permuta, una de las opciones que se habían barajado en la organización para recortar gastos y superar sus dificultades económicas.
Tras la aplicación de un planes de ajuste de plantilla sin despidos, mediante bajas pactadas y no traumáticas, y otras medidas de reducción de costes, la actual dirección de UGT-Asturias considera que es innecesario recurrir a la opción inmobiliaria, que fue una de las soluciones que estudió desde que tomó posesión en mayo. "Es una alternativa que queda como una opción por si en algún momento fuese necesario en el futuro, lo que ahora ya no se considera necesario, una vez que hemos ajustado ingresos y gastos. Ya no es una medida urgente", afirmó su secretario general, Javier Fernández Lanero.
La sede de los servicios centrales de UGT, en la plaza del General Ordóñez, en Oviedo, forma parte del denominado patrimonio sindical acumulado. El inmueble fue sede del sindicato oficial franquista y, como otros elementos de su patrimonio, fue cedido en uso a los sindicatos legalizados tras la dictadura en compensación a los bienes que el franquismo incautó a estas organizaciones tras la Guerra Civil. Por su naturaleza jurídica, estos bienes no son susceptibles de venta por las organizaciones que los usan pero sí pueden ser permutados, previa autorización del Ministerio de Empleo, por otros de igual valor.
El plan inicial de UGT para fortalecer su situación económica fue permutar esta sede (5.900 metros cuadrados en 14 plantas) por otras, ocupar una de menor tamaño para ahorrar costes y en su caso poner a la venta su sede de Gijón, que sí es propia.
