Liberbank se ha desprendido de una cartera de préstamos fallidos por un importe de 169 millones de euros mediante su venta, con quitas importantes, a las gestoras especializadas Lindorff y Link tras un concurso que se puso en marcha a fines de 2016.

Con esta desinversión, el banco prosigue su estrategia de saneamiento de su balance. Liberbank tiene una tasa de solvencia por encima de los requerimientos de los organismos reguladores y un nivel de liquidez relativa superior a cualquier otro banco cotizado, pero, en cambio, tiene una tasa de morosidad aún muy alta como consecuencia del vencimiento el 31 de diciembre del esquema de protección de activos que negoció en 2009 con el Fondo de Garantía de Depósitos para protegerse de posible fallidos procedentes de las inversiones realizadas por CCM antes de su toma de control por Cajastur, una de las cajas fundadoras de Liberbank.

El banco aceleró el año pasado la venta de activos dañados y bienes inmobiliarios procedentes en su gran parte de la cartera de CCM. Entre enero y marzo redujo activos dudosos por 254 millones y acumuló un descenso de 1.830 millones, equivalentes a un recorte del 38,3%, en el acumulado de doce meses. Pese a ello, y a un descenso de 6,5 puntos en su morosidad respecto al mismo periodo de 2016, el primer trimestre de este año lo culminó con una tasa de mora del 12,98% frente al 8,83% de media en el sector.

La venta ahora de 14.000 créditos fallidos y en mora por un monto de 169 millones ( el 90% a Lindorff y el resto, a Link) le permite seguir saneando su cartera, reducir morosidad y gastos, y mejorar la ratio de capitalización, que se mide en relación a los activos ponderados por riesgo.

La venta de carteras de créditos fallidos ya la había realizado Liberbank, aunque por importes inferiores, en 2013 y 2014. Simultáneamente, el banco sigue desprendiéndose de bienes inmuebles adjudicados (los llamados activos improductivos) mediante su venta a empresas, promotores y particulares.