En plena marejada por culpa de la deuda acumulada y entre los cantos de sirena que anuncian la posible entrada de un socio en el accionariado, la dirección de Duro Felguera quiso ayer trasladar un mensaje de tranquilidad a su plantilla en el "tallerón" de Gijón y en el de Felguera Rail, en Mieres. Según señaló la dirección al comité de empresa, los talleres tienen suficiente carga de trabajo para lo que resta de año y, probablemente, para funcionar sin problemas durante todo 2018. Además, la centenaria ingeniería asturiana ha llegado a un acuerdo con sus proveedores para evitar una posible denuncia por impagos que la lleve de forma inmediata a un concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos) y así eludir también que le corten el grifo del suministro de material para desarrollar los proyectos que tienen en cartera.

La prioridad para la ingeniería es ir dándole bocados a su deuda financiera, que ronda los 240 millones de euros, y para la que hay establecido un estricto calendario de pagos. Pese a todo, el director general de Duro Felguera Manufacturing, Fernando López, señaló que la situación continua siendo complicada, según la versión de los sindicatos.

Mientras tanto, UGT y CC OO celebraron una protesta frente a la sede de Duro para pedir un plan industrial para el grupo. Para hoy, las centrales tienen previsto reunirse con los grupos con representación en el Parlamento asturiano.

Por su parte, el portavoz del gobierno asturiano Guillermo Martínez, aseguró ayer que el Principado "mantiene un contacto permanente con Duro". Sobre las negociaciones que el grupo tiene abiertas añadió: "Tienen carácter de confidencialidad y se están llevando con la mayor de las discreciones. El Ejecutivo siempre ha mostrado la voluntad de colaboración".