El presidente y consejero delegado de Duro Felguera, Ángel del Valle, cuyo cese reclama la banca acreedora para respaldar el plan de futuro del grupo, se mantenía anoche firme en su decisión de no abandonar sus cargos ejecutivos mientras que no se vislumbre una propuesta vinculante y en firme para la solución de los problemas financieros de la compañía mediante un compromiso tangible de reactivación de avales bancarios, refinanciación de la deuda y recapitalización con la entrada de nuevos inversores. La reunión del consejo, que comenzó a las once de la mañana y se prolongó hasta las 21.45 horas, se reanudará hoy a las diez. La de ayer fue otra sesión maratoniana y tensa como la que ya vivió el máximo órgano ejecutivo de Duro el 27 de septiembre.

El consejo está dividido, con dos miembros más el presidente a favor de su continuidad, otros dos en contra y dos que tienen dudas.

Aunque los vocales independientes trasladaron al consejo las demandas que les oficializó el viernes verbalmente la banca acreedora (que reclama el relevo del presidente como condición para refinanciar a la multinacional), Del Valle, miembro y máximo representante del principal grupo accionarial (la familia Álvarez Arrojo controla el 24,4%), mantiene la tesis de que el futuro de la compañía y de sus 2.000 empleados no debe fiarse a manifestaciones verbales, por lo que pide compromisos por escrito.

Aunque el relevo del presidente es una condición real y prioritaria por parte de los prestamistas (liderados por el Banco Santander, principal acreedor) para seguir respaldando a Duro, la exigencia se le trasladó a los vocales independientes de forma verbal, y no de modo explícito sino indirecto. Los bancos evitaron ser más diáfanos y categóricos para no verse envueltos en una hipotética situación de "administración de hecho" de Duro Felguera, aunque tanto fuentes bancarias como de la empresa dieron por hecho que el mensaje, las propuestas y las condiciones de los acreedores son perfectamente conocidas ya por el consejo de Duro.

Los testimonios la semana pasada del expresidente y varios exconsejeros de Abengoa ante el tribunal que juzga a Felipe Benjumea y en los que aseguraron que el Banco Santander impuso al consejo de la compañía sevillana el relevo del presidente como condición para acceder a una ampliación de capital que finalmente no prosperó han actuado como un factor adicional en el cruce de posiciones enfrentadas en el que está sumida Duro Felguera.

Los bancos han extremado desde entonces la cautela y pretenden que el desbloqueo de la situación surja como una iniciativa que parta del propio consejo de Duro (y en particular de sus vocales independientes), mientras que Del Valle invoca ese mismo antecedente andaluz para demandar compromisos tangibles.

La banca acreedora, que discrepa de la gestión de la empresa en los últimos años, se ofrece a aportar avales por 31 millones sólo si Del Valle cesa porque los bancos, que mantienen un riesgo con la empresa de 900 millones, se niegan a asumir más compromisos si persiste la misma dirección. Para relevar a Del Valle de modo transitorio hasta que se incorporen nuevos accionistas la banca sugirió el nombre del vocal externo Acacio Rodríguez, que lleva 17 años en el consejo.

Si Del Valle mantiene su negativa a renunciar, la banca plantea que los dos accionistas de referencia (Álvarez Arrojo y la familia Arias, dueña del 10,03%) aporten casi la mitad de los 31 millones en avales como demostración de compromiso y de fe en la empresa. En todo caso, y aunque esta petición sea aceptada, los bancos no refinanciarán a Duro si no se cambia al presidente.