El hasta ahora consejero externo de Duro Felguera Acacio Rodríguez (Robles de la Valcueva, León, 1949) asumió ayer la presidencia y primer puesto ejecutivo de la ingeniería asturiana tras la renuncia del hasta ahora máxime dirigente, Ángel del Valle (1962), quien formalizó e hizo oficial su dimisión como consejero delegado (cargo que desempeñó durante los últimos nueve años y medio) y como presidente, responsabilidad que compatibilizó con la de primer ejecutivo durante más de seis ejercicios. Del Valle, principal representante del mayor grupo accionarial (dueño del 24,4%), continuará siendo miembro del consejo de administración en calidad de vocal, aunque sin intervención en la gestión.

La renuncia de Del Valle y la designación de Rodríguez se interpreta como una medida de desbloqueo de la situación de la compañía, en la que se habían enconado las posiciones internas mientras que la banca acreedora estaba exigiendo agilidad para aplicar el plan de saneamiento y reestructuración pactado.

El próximo miércoles, Duro Felguera celebrará una nueva reunión de su máximo órgano de administración en la que designará a un consejero independiente adicional para cubrir la vacante que se produjo por la renuncia en octubre del vocal Ricardo Córdoba. José Manuel García Hermoso (Segovia,1950), expresidente de la siderurgia integral asturiana cuando aún era de titularidad estatal y con quien colaboró entonces Acacio Rodríguez como persona de su máxima confianza, es el candidato propuesto para ocupar la plaza vacante.

En ese mismo consejo se espera que Duro ponga en marcha las decisiones que impulsen los planes de venta de activos que permitan a la sociedad generar los recursos para que pueda aportar las garantías que le reclama la banca acreedora (unos 10 millones) y que son condición para que los prestamistas reactiven la concesión de avales a Duro por un monto de 32 millones. A la compañía le urgen los avales bancarios para afrontar pagos inmediatos y eludir un eventual proceso concursal.

Medios financieros y sindicales coincidieron ayer en señalar que se ha perdido mucho tiempo y que se precisa tomar medidas con urgencia. Fuentes de los acreedores y sus asesores dijeron que aún no tienen noticia de que el consejo haya aprobado la venta de la sede madrileña de Duro (desde hace más de una semana existe una oferta en firme del Banco Sabadell, bien vista por el resto de los prestamistas) y que confían en que se tome una decisión la próxima semana. En medios conocedores de la compañía se dio por hecho que Acacio Rodríguez pretende impulsar a partir del lunes los contactos con los acreedores, los clientes y los tecnólogos para tranquilizar a todas las partes interesadas, acercar posiciones y aunar intereses, con el propósito de dinamizar el proceso de refinanciación y recapitalización del grupo que permita despejar todas las incertidumbres.

"El 15 de enero finaliza el acuerdo de espera financiera y hay que darse prisa para recuperar el tiempo perdido (llevamos un año de retraso) y poner en marcha todas las soluciones", dijo una fuentes de los acreedores y de sus asesores internacionales. "Al consejo del miércoles", opinó, "debería ir ya un paquete de medidas".

La exigencia de la renuncia de Del Valle, que la banca desvincula de la liberalización de los avales y la presenta como una iniciativa que emana del propio seno de la compañía, era una demanda compartida por los acreedores, los consejeros independientes de la sociedad, parte del equipo directivo y sectores de los trabajadores en la medida en que, con independencia del juicio sobre la gestión de los últimos años, se percibía que el presidente tenía un plan para el grupo que difería en muchos aspectos del que proponía la banca, y sin que tampoco se hiciera explícita la propuesta alternativa, lo que estaba llevando a la sociedad a un estancamiento y bloqueo de soluciones mientras se producía la caída de la cartera, el deterioro de imagen y la erosión progresiva del clima interno. Esto y la falta de avales estaba agravando la situación.

Pese a ello, el relevo, que parecía estar siendo esperado por los inversores, fue penalizado ayer por la Bolsa. En una jornada en la que el Ibex avanzó el 0,21%, Duro se hundió el 6,12%. La mayor caída del día (un desplome del 8,88%) se produjo a las 16.30 horas, justo cuando se hizo oficial la dimisión de Del Valle.

La renuncia del presidente y consejero delegado del grupo fue forzada en una sesión muy tensa y dilatada del consejo (la cuarta de gran intensidad en menos de dos meses) y en el que los consejeros independientes se hicieron fuertes para reclamar a Del Valle que materializara la renuncia prometida sin seguir aguardando a que las banca liberara los avales. A esta exigencia se sumó la presión de un grupo de altos directivos y directores de negocio que amagaron con un plante e hicieron presión sobre el consejo con informes muy negativos sobre el impacto que el estancamiento de la situación estaba causando en la marcha del negocio, la posición de la empresa en el mercado internacional y la consecución de obra nueva. La banca sostiene que no exigió nunca la renuncia de Del Valle pero se sabe desde hace meses que los acreedores no confiaban en la gestión pasada del grupo y dudaban de que Del Valle fuese a aplicar el plan de reflotamiento que negociaron bancos y empresa.

El presidente de Asturias, Javier Fernández, expresó que "lo importante es la continuidad de la compañía y el apoyo a la empresa por parte del consorcio de bancos, del que dependen los avales". Damián Manzano, secretario general de CCOO de Industria, instó al consejo de Duro para que desbloquee "la situación que asfixia y pone en peligro los puestos de trabajo y la viabilidad de esta histórica empresa" y aborde un plan industrial que priorice el mantenimiento del empleo y la presencia de Duro en Asturias. También pidió un "cambio radical en la forma de gestión" y que la nueva dirección informe a sindicatos y representantes laborales de su plan para Duro. Jenaro Martínez, dirigente de UGT-FICA, valoró con "prudencia" la situación y reclamó que se garantice la viabilidad de la empresa y la continuidad de la actividad y el empleo en Asturias, y que "se eliminen los obstáculos de una mala gestión que llevó a la situación actual".