Eficiencia e Innovación. Estas dos palabras que suenan tan bien tienen que ser los vectores clave de nuestra industria del metal ya que, haciendo las cosas mejor que nadie, la eficiencia garantiza el presente del sector, pero la innovación garantiza el futuro haciendo cosas diferentes.

Un tercer vector nos hará más fuertes y este es la productividad que solo se consigue involucrando a todos los actores de la cadena de valor para conseguir el mejor precio, calidad y plazo de entrega de nuestros productos que compiten en el mundo.

Hoy en Asturias el sector metal es "capital" para el desarrollo de nuestra región. Las cifras hablan por sí solas teniendo amplio reflejo en el PIB de la región, ya que supone un 11% del mismo, con una facturación anual que ronda los 5,500 millones de Euros. Especialmente relevante es su influencia en las exportaciones de la región, ya que supone un 65% del total de las mismas. Es un sector que emplea a más de 27.000 personas. Estas cifras se han recuperado y estabilizado en el último lustro, ya que antes de la crisis, en 2008, la cifra de negocio del sector suponía casi 8,000 millones de euros, y ocupaba a 31.800 personas en la región, con un Valor Añadido Bruto de 2,200 millones de euros, que llegó a bajar por debajo del 1.000 millones en 2013, y que en 2015 se recuperó hasta los 1.300 millones.

El futuro del sector del metal en Asturias tiene por delante una serie de retos a los cuales debe responder para mantener esta posición de influencia y generación de bienestar en nuestra sociedad.

La globalización del mercado. Nuestro sector se ve afectado por el desplazamiento del eje geopolítico mundial europeo-atlántico hacia Asia-pacífico, donde se desarrollan hoy en día la mayor parte de los proyectos involucrados con el sector petroquímico o la construcción naval, aunque hay otros como los de las energías renovables que aún mantienen un crecimiento sostenido en nuestra área más cercana. Además, estos países cuentan con empresas consolidadas en nuestro sector y mano de obra barata y cada vez más cualificada, lo cual incrementa su competencia en un mercado altamente competitivo. Por otro lado, la inclusión en la cadena de suministro de grandes proyectos dentro de estos sectores requiere adaptarse al cumplimiento de requisitos de calidad y plazos de entrega más exigentes, así como de un incremento de los riesgos financieros, lo cual obliga a una gestión de los proyectos cada vez más eficaz y profesional.

La formación de los trabajadores en nuestra industria es un punto clave. Es habitual que aparezca en la prensa escrita regional noticias sobre la falta de mano de obra cualificada para cubrir puestos de trabajo no de técnicos o ingenieros, sino de soldadores o caldereros, lo cual tiene como origen la estructura de nuestro mercado laboral y en particular la situación de la Formación Profesional en nuestro país. Países como Alemania o Polonia, que se mantienen en porcentajes de empleo en la industria superiores al 20%, frente al 14% de España, tienen un porcentaje de alumnos que optan por seguir estudios de Formación Profesional que ronda el 58%, mientras que en España esa cifra es del 35%. En España hay un porcentaje de ciudadanos poco cualificados (44%) o muy cualificados (31%), pero con menos cualificación intermedia (23%). Es una situación totalmente distinta a la de los países del centro de Europa, donde el 46% de las personas entre 15 y 64 años tienen una cualificación intermedia. Este desequilibrio afecta decisivamente a la hora de buscar profesionales. La llamada Formación Dual intenta subsanar este déficit para tener una formación más orientada al empleo y con mayor número de horas de prácticas en las empresas. Sería aconsejable fomentar este modelo de Formación Dual que tan buenos resultados da en otros países y, por qué no, los podría dar en Asturias.

Nuevas tecnologías. Un reto al que también debe hacerse frente es el de la digitalización de nuestra industria, lo que se conoce como la 4ª revolución industrial o Industria 4.0. Tecnologías como la robótica, la fabricación avanzada, la sensorización, simulación de procesos, realidad aumentada, la gestión del Big Data, etc. están ya presentes en otras industrias y en el sector del metal tienen aún un grado de penetración muy bajo. En particular, nuestros procesos y la formación de los trabajadores deben mejorarse gracias a estas tecnologías para ganar en competitividad y no perder un tren que sin lugar a dudas va a revolucionar en la próxima década nuestra sociedad y la manera de hacer las cosas tal y como se venía pensando hasta ahora. En este sentido, la excelente iniciativa de Femetal con la creación del clúster Metaindustry4, del cual ya forman parte más de 50 compañías tradicionales del sector del metal en la región, empresas habilitadoras y centros tecnológicos, así como de la Administración y organismos públicos de la región como el Idepa, supone un impulso decisivo para realizar esta adaptación a la cual hay que sumarse de manera irreversible. Industria 4.0 es clave para el desarrollo de nuestro sector.

Estas nuevas tecnologías van a influir, también, en la localización o deslocalización industrial ya que se empieza a ver como muchas empresas están ahora prestando más atención a aquellos lugares que cuentan con mayores ventajas en el ámbito de las nuevas tecnologías. Estoy convencido de que el efecto positivo de la introducción de nuevas tecnologías en nuestra industria generara nuevas oportunidades, menor riesgo de deslocalización y mayor capacidad productiva. Las nuevas tecnologías están cambiando el panorama de la industria a nivel global y Asturias tiene que formar parte de este cambio para crecer de forma sostenible.

Las empresas tractoras del metal asturianas no compiten con empresas del resto de España si no que compiten contra empresas europeas, chinas, coreanas y en este entorno global tenemos que hacer que nuestras empresas del metal se sientan cómodas trabajando aquí y, por supuesto, que otras puedan venir para fabricar aquí en condiciones de competitividad que les permitan ser más grandes. No solo tenemos que defender lo nuestro si no que debemos de invitar a otros a que vengan aquí a producir.

El sector necesita de más empresas y de mayor tamaño y esto solo se consigue ofreciendo nuestras fortalezas y generando confortabilidad a futuros proyectos que se puedan localizar aquí.

No nos olvidemos que la mayoría de nuestras empresas del metal son lideradas por empresarios que son fundamentales para el desarrollo social y económico de Asturias. Por esto debemos de fomentar el emprendimiento y la figura del emprendedor que puede llegar a ser un gran empresario. Siempre digo que el empresario es un emprendedor con éxito y no debemos de olvidar que los países con mayor desarrollo social y económico son aquellos que tienen más y mejores empresarios.

Sólo así se genera empleo y bienestar para un mayor número de personas.