Ch. NEIRA

José Emilio Labra (Oviedo, 1969) fue batería antes que informático. De los tiempos en que se sentaba con las baquetas en los seminales «Kactus Jack» pasó a dirigir la Escuela de Ingeniería Informática. Sabe que votará por alguna opción el próximo 20-N, pero sin mucho ánimo, buscando «lo menos malo».

«Soy crítico con el sistema electoral. Creo que necesita una actualización para que tengan más peso los partidos minoritarios. Además, sería importante plantearse mecanismos que facilitasen la participación ciudadana directa en la toma de decisiones. Hoy en día, la informática puede ofrecer mecanismos ágiles para realizar consultas a los ciudadanos que habría que desarrollar. La gente está un poco cansada de un sistema anacrónico en el que no sabes muy bien quiénes son ni qué opinan a los que votas. La gente preferiría votar iniciativas antes que a personas.

Ahora estamos en un momento de cambio interesante en el que hay dos factores. Por un lado, los mercados financieros han alcanzado mucho poder político y son capaces de limitar las actuaciones de muchos gobiernos. Por otro lado, los ciudadanos, gracias a internet y las nuevas herramientas sociales, se están dando cuenta de que también tienen capacidad para movilizarse y cambiar las cosas. Estamos siendo testigos de cómo la web está cambiando algunas estructuras que parecían inamovibles gracias a que facilita el flujo de información y ataca a los sistemas que se basaban en la ocultación de información o la falta de transparencia. Todas las industrias que dependían del flujo de información se están viendo afectadas y ahora parece que les toca a los bancos y los mercados financieros, que eran sistemas basados de alguna forma en ocultar información y que se tendrán que adaptar a una nueva era en la que se les exigirá mayor transparencia.

En general, soy optimista, porque creo que la situación actual, más que una crisis, se podría considerar un momento de cambio social y económico motivado en gran parte por la aparición de herramientas que facilitan el acceso a la información de los ciudadanos. Mi esperanza es precisamente que los ciudadanos sean capaces de utilizar adecuadamente las nuevas herramientas de comunicación social y participación. Un temor es que las grandes corporaciones y el sistema político no sepan adaptarse a esta nueva situación, y que en lugar de apoyarse en las tremendas posibilidades que ofrecen, intenten limitarlo. Los ciudadanos debemos luchar para mantener estos canales y presionar a las estructuras de poder para que sean más transparentes».