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"De buena casta"

Adriana Lastra defiende sus orígenes trabajadores y la herencia del socialismo en su salto a la política nacional

Adriana Lastra, junto a Mafalda, en el Campo San Francisco de Oviedo. MIKI LÓPEZ

Adriana Lastra acostumbra a pisar fuerte, aunque lo haga sobre tacones altos y en el resbaladizo suelo del Campo San Francisco. "Con un metro cincuenta y cuatro de estatura, si no llevo tacón desaparezco", sonríe la cabeza de lista del PSOE por Asturias a las elecciones del 20-D. Procedente de una familia de mujeres resueltas (es la tercera de cinco hermanas, y a su madre de pequeña su abuela la llamaba "la leona"), Adriana Lastra es un rostro nuevo en el PSOE nacional, pero no en política, a donde llegó por sus inquietudes estudiantiles con 17 años, y de donde aún no ha salido. Miembro del equipo dirigente de Pedro Sánchez, ha bajado a la arena de las tertulias políticas televisadas. Ella no teme trabarse en el debate, y tampoco le dan repelús las palabras. "El término casta no me molesta. Sí, soy de casta, de buena casta: mis padres son una peluquera y un taxista, y yo pertenezco a la casta de los socialistas, que se dejaron la piel por defender la libertad y por mejorar este país", asegura.

Casada, sin hijos, de genio vivo, convive con su hermana menor y su sobrino de ocho años, fiel al viejo espíritu de clan que le transmitió su madre. No ha acabado la carrera de Historia, una de sus espinas, porque "estudiaba cuando entré en política, y me quedé en política". Se considera afortunada de estar en la liza de la vida pública en "un momento político apasionante", en el que España se enfrenta "a una profunda evolución, a una nueva transición". Nacida en Ribadesella en 1979, su segunda ciudad es Oviedo. "Es una ciudad abierta y cosmopolita, me encanta", asegura, desafiando el estereotipo que arrastra la capital del Principado. En Asturias, donde fue diputada regional, la cabeza de lista del PSOE ha cargado con el peso del apellido Lastra y el sambenito de nepotismo.

"Aún hoy recibo mensajes diciendo que si soy hija, o sobrina, de Fernando Lastra", ríe, en referencia al portavoz parlamentario del PSOE asturiano, con el que no la une nada más que el partido. Feminista convencida (en estos momentos, está leyendo "El Segundo Sexo", de Simone de Beauvoir), adora el cine y es seguidora de la saga de La Guerra de las Galaxias. "Se estrena el 18, día de fin de campaña, así que tendré que ir a verla el 19". De todos los lugares de Oviedo, ha querido sentarse junto a Mafalda. "Es una chica, es de izquierdas, representa la universalidad de los Premios Princesa de Asturias, y está en el Campo, un lugar que me encanta".

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