Madrid, E. P. / Efe

Mariano Rajoy declinó ayer hacer valoraciones del encuentro de la noche del miércoles en Vitoria con María San Gil y más de una decena de dirigentes del PP vasco, en el que intentó en vano reconducir la crisis abierta a raíz de la decisión de la líder regional de abandonar la ponencia política y después de que amenazara con dejar la presidencia de los populares en Euskadi si no supera la «quiebra de confianza» hacia el propio Rajoy.

En la reunión de hora y media celebrada en un hotel próximo al aeropuerto de Foronda -después de que ambos visitaran a los heridos y la capilla ardiente del guardia civil asesinado-, la presidenta del PP vasco aprovechó para trasladarle personalmente a Rajoy los mismos argumentos que había expuesto para retirarse de la ponencia política.

Según fuentes consultadas por «Europa Press», en una conversación muy franca y directa, aunque cordial, María San Gil le dijo al presidente del PP que había perdido la confianza en él, al tiempo que le reprochó una cierta falta de liderazgo.

Rajoy quiso dar un mensaje de tranquilidad a San Gil reiterándole que sigue defendiendo las mismas posiciones y que no va a cambiar de estrategia. Destacó que continúa siendo el de siempre y que el PP tiene un programa que él seguirá defendiendo. También le dijo que, aunque el partido vive un momento difícil, él se encuentra con ganas de seguir y que cuenta con el apoyo de la mayoría.

El encuentro finalizó sin avances. Según fuentes del PP vasco, no hubo aproximaciones y las cosas seguían como cuando María San Gil aseguró en rueda de prensa que había perdido la confianza en la dirección nacional y que si no la recuperaba en los próximos cuarenta días se retiraría.

No obstante, las dos partes, a petición de Rajoy, convinieron en celebrar próximamente una reunión a solas para intentar superar la crisis. Algunos de los dirigentes del PP vasco presentes tomaron la palabra para insistir en la necesaria unidad del partido. Además reclamaron un cauce de solución y reivindicaron el mantenimiento de los valores y principios. En la reunión estuvieron Antonio Basagoiti, Carmelo Barrio, Leopoldo Barreda, María José Usandizaga y Alfonso Alonso. A Rajoy le acompañó Soraya Sáenz de Santamaría.

Medios radiofónicos insistieron ayer en situar la amenaza de San Gil en una maniobra de calado contra Rajoy. El canario José Manuel Soria, que compartió la ponencia de la discordia con San Gil, afirmó que nuevos tiempos requieren nuevos enfoques, sin renunciar a los valores. Tachó de pequeñeces las diferencias sobre la ponencia y aseguró que es normal que haya quienes pretendan disputarle la presidencia a Rajoy.

La portavocía del PP de Logroño salió ayer en defensa de la líder vasca, calificada de «referente moral». Desde Galicia, Alberto Núñez Feijoo apeló a la responsabilidad de San Gil para apostar por su continuidad y añadió que no se la enviará al Vaticano como hizo el PSOE con Paco Vázquez.

Rosa Díez rechazó hacer paralelismos con su abandono del PSOE, pero advirtió que la retirada de San Gil empobrecería la política, aunque descartó su ingreso en su grupo (UpyD).