Oviedo, Sara ARIAS

Gurutz Agirresarobe Pagola aparentaba ser un ciudadano más. La normalidad de su vida era como la de cualquier persona, de hecho, era jugador de rugby del equipo local, el Hernani Rugby Elkartea, equipo guipuzcoano que milita en la División de Honor B. Esta afición por el deporte de balón ovalado le hizo coincidir en el campo con los jugadores del Oviedo Rugby Club, que curiosamente competían en la misma división.

Su ficha en la Federación Española de Rugby lo describe como un hombre de 1,78 metros de altura y 86 kilos, de posición centro. Pelayo Roces, del Oviedo, asegura que «le recuerdo perfectamente, de jugar en el campo y del tercer tiempo, estoy alucinado». Roces recuerda su cara y su papel en el campo, pero aún así le cuesta creerlo: «Es que era un chaval de lo más normal, tan corriente como yo o como cualquiera». De hecho, opina que era un chico «bastante majo».

No sólo Roces se acuerda de Agirresarobe, uno de sus compañeros, el también jugador del Oviedo, David Rey lo describe como «un tío normal». Rey conoce al etarra, incluso ha hablado en ocasiones con él. «Nunca hablábamos de política, sólo del partido, de cómo iba la Liga, de los demás rivales... pero nunca de política», comenta Rey.

«Tenemos mucha rivalidad con el Hernani, porque ellos se sienten muy vascos y nosotros muy españoles, pero lo conozco perfectamente», afirma muy sorprendido Roces. Lo que más le duele es que «el rugby salga en los medios por esto, ya nos había pasado una vez, con el novio de la asesina de Miguel Ángel Blanco», asegura.

Las reacciones en el equipo ovetense no se han hecho esperar. Rápidamente todos se han puesto en contacto mediante llamadas telefónicas y como dice Rey «estamos todos que es que no nos lo podemos creer».