El violento desalojo llevado a cabo por los antidisturbios de los Mossos d Esquadra, con el apoyo de la Guardia Urbana, de cientos de concentrados en Barcelona reavivó ayer las protestas de los indignados. Miles de personas desbordaron durante el resto de la jornada la plaza de Cataluña. Las concentraciones en otras ciudades cobraron un nuevo impulso, sobre todo en la Puerta de Sol de Madrid, a raíz de la difusión de las imágenes de agentes aporreando a personas en el suelo.

La carga de la Policía autonómica ordenada por el consejero de Interior de la Generalitat, Felip Puig, se saldó con más de 120 heridos leves. Una multitud de personas, con flores y con las manos pintadas de blanco, llenó al final de la tarde la céntrica plaza, donde volvieron a instalar toldos y pancartas. El Defensor del Pueblo catalán ha abierto una investigación.

Felip Puig defendió la actuación policial para «limpiar la plaza», no sin admitir que había habido «contundencia» en la intervención de los Mossos. Frente a la oleada de críticas de la oposición y a las peticiones de dimisión , el Consejero dijo que «volvería a tomar la misma decisión».

La Policía llegó a la plaza a las siete de la mañana y de los 450 acampados, 250 abandonaron el lugar en la siguiente hora. Los 200 restantes permanecieron rodeados por los antidisturbios, mientras cientos de personas, al conocer la intervención, acudían al lugar en apoyo de los acampados y determinados a impedir la salida de camiones de limpieza.

Más de 120 personas, entre ellas 37 policías, han resultado heridas y una persona detenida durante la carga. Fueron horas de gran tensión. Las imágenes de las televisiones registraron lo que desde la oposición se calificó brutalidad policial. Al verse rodeados por miles de ciudadanos que llegaban a la zona, los agentes del dispositivo optaron por retirarse a toda velocidad disparando salvas y pelotas de goma contra la gente. Por la tarde, una marcha de estudiantes por la Diagonal colapsó Barcelona. En Madrid, el Gobierno regional exigió al central que desaloje ya la Puerta del Sol de lo que llamó «un poblado chabolista». El ministro Rubalcaba dijo que la policía estudiará qué hacer.